360 GRADOS

El proyecto de "gobernanza global" sigue adelante

Lo más preocupante es la idea de que no estamos en una fase pospandémica, sino más bien “interpandémica”, por lo que tenemos que estar preparados

Las tecnologías actuales desembocan en el Metaverso.

Las tecnologías actuales desembocan en el Metaverso. / Gerd Altmann en Pixabay.

Joaquín Rábago

Joaquín Rábago

El proyecto de eso que se ha dado en llamar, en traducción directa del inglés, “gobernanza global” sigue adelante, impulsado por foros como el económico de Davos o el que, a remedo de éste, se celebró en la capital de los Emiratos Árabes Unidos.

A este último, bautizado Cumbre del Gobierno Mundial, asistieron 250 ministros, diez mil funcionarios púbicos y personalidades como el fundador del foro de Davos y los máximos dirigentes del FMI, de la Organización Mundial de Comercio o de la Organización Mundial de la Salud.

En Dubái se trató, desde una perspectiva global, de los desafíos y oportunidades que presenta la digitalización de todos los aspectos de la vida humana y social, del clima, de la economía verde, de las pandemias y vacunas y, claro está, de la inteligencia artificial.

Son los mismos retos de los que habla en su libro sobre la Cuarta Revolución Industrial el fundador del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, quien pronostica un gobierno mundial cada vez más centralizado en el que las instituciones tanto públicas como privadas tenderán a suplantar cada vez más a los gobiernos democráticamente elegidos.

Según predijo el propio Schwab en la reunión de Dubái, nuestra vida dentro de diez años será muy distinta de la actual y estará crecientemente influida por las nuevas tecnologías espaciales, la ingeniería genética, la biología sintética o el metaverso, y quien posee todo eso y lo controle, “dominará el mundo”.

El hombre más rico del planeta y fundador de Tesla, Elon Musk, que participó en ese evento por videoconferencia advirtió de que un gobierno mundial centralizado como el que algunos pronostican y propugnan podría resultar en un “colapso de la civilización” como ocurrió ya con la de Roma en el siglo V.

Una muestra de lo que está, según algunos, por venir, lo tenemos en el primer borrador de un tratado internacional sobre pandemias elaborado por la Organización Mundial de la Salud y que ha de someterse a la consulta de todos sus miembros.

El borrador de la organización actualmente encabezada por Tedros Adhanom incluye lo mismo propuestas de medidas logísticas para la distribución de vacunas como otras destinadas a combatir la supuesta “desinformación” en las redes, sobre la que será la OMS quien finalmente decida.

Lo más preocupante es la idea de que no estamos en una fase pospandémica, sino más bien “interpandémica”, por lo que tenemos que estar preparados momento para hacer frente mediante el recurso a la oportuna vacunación a futuros virus.

Uno de los participantes en la Cumbre del Gobierno Mundial, el ex premier británico Tony Blair, corresponsable de la invasión de Irak y hoy multimillonario, además de activista pro derechos humanos, habló en la sesión titulada “Cien días para afrontar la próxima pandemia”.

La idea que expuso allí es que la próxima vez no hay que esperar hasta el último momento, sino que se debe actuar preventivamente, venciendo las pesadas burocracias gubernativas.

El artículo 15 del borrador preparado por la OMS, organismo que, como sabemos, cofinancia generosamente la fundación Bill y Melinda Gates, establece que “las partes deberán permitir (a la organización) rápido acceso a la áreas golpeadas por las pandemias mediante el despliegue de equipos de expertos”.

Deberán además los signatarios del documento “reconocer el papel central de la OMS, la dirección y coordinación del trabajo sanitario”, y será el director general de la OMS quien determine el alcance de la pandemia, dejando a los gobiernos la capacidad de acelerar el proceso de aprobación de los productos para combatirla.

Se trata de momento sólo de un proyecto, y es de esperar que se quede sólo en eso porque, como lo esbozado también por muchos de los oradores que intervinieron en el foro de Davos, significa vaciar de autonomía a los gobiernos democráticamente elegidos y dejar la toma de decisiones que afectan directamente a sus ciudadanos en manos de instituciones no electas.

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