En corto

Una magnífica cura de humildad

Pedro de Silva

Pedro de Silva

Unas elecciones son el centro mismo de la democracia: cuando el poder de pueblo se manifiesta de modo directo y pleno. Luego, a través de la delegación de poder en los representados en que consiste toda democracia representantiva (sin que hasta ahora se haya ideado otra mejor), ese poder directo se diluirá un tanto conforme se aleja del momento de su nacimiento, a la vez que se va erosionando en los choques y acomodaciones propios de la convivencia con otros poderes que existen en toda sociedad. Pero al nacer en las urnas el poder popular resplandece, y en los días que preceden a ese puro instante los que aspiran a revalidar o renovar la representación han de someterse a una formidable cura de humildad, pidiendo el voto con actitud casi menesterosa, desarrollando un trabajoso cortejo, mientras el votante se hace de rogar. Es un espectáculo de evidente grandiosidad.

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