Viento fresco

Pizzas y elecciones

Puede haber una relación entre la cuatro quesos y las debacles

Almeida, Ayuso y Feijóo.

Almeida, Ayuso y Feijóo. / EP

Jose María de Loma

Jose María de Loma

A hora que había terminado la campaña electoral podía uno entregarse a la contemplación de las jacarandas pero Sánchez le ha dado una patada al tablero y vuelve la acción política. Ya están todos los partidos elaborando sus listas electorales. En el PSOE hay codazos y en el PP les sobran los cargos. En algunos territorios tienen más puestos que militantes. Estaba uno planeando las vacaciones pero toca planear los turnos de trabajo y qué pizzas se van a pedir para la redacción en la noche electoral. Yo creo que hay una relación entre la cuatro quesos y las debacles socialistas. Les va mejor cuando viene la cuatro estaciones. Una vez se nos ocurrió pedir la que lleva piña y pegó un subidón de escaños un partido estrambótico poco partidario de la mezcla. Incluso de la mezcla del jamón york con la piña. Las anchoas están muy saladas y suelen traer el auge de regionalistas o indepes, que se crecen cuando la sal le sube a uno la tensión, se altera y entra en su juego. Antaño se bebía whisky en las redacciones y ahora se toma Cola Zero sin descartar la Zero-Zero. No es una crítica ni una añoranza es un apunte gastronómico. Con la cabeza fría y sin etilismo salen no obstante análisis (electorales, no de sangre) menos atrevidos, con textos más morigerados. Pero claro, no era plan de leer al día siguiente una hostia a alguien escrita por ti y sin acordarte de haberla escrito. El aludido o aludida, sí. Se acuerda para toda la vida. Te ve y no te lo dice, pero piensa por dentro este es el mamonazo que dijo aquello de mí. Y entonces te invita a un café, cuando tú en realidad quieres una Cola Zero o, en efecto, un whiskito vasodilatador y relajante a ser posible con unas almendritas. Tendremos nuevas elecciones y nuevas emociones y algunos llorarán y otros aplaudirán. La vida misma. La vida es lo que nos pasa mientras nosotros nos empeñamos en planear la dolce far niente en julio y agosto. En agosto se constituye el Congreso, con la calor, el sincorbatismo, que ya estaba en auge y el abaniquerío. Abascal le pondrá ojitos a Feijóo y este se hará el duro. O será Sánchez el que les dé viento fresco a todos. Es una incógnita. En la vida no hay nada seguro, salvo que hay convocadas elecciones. Y que las pizzas gustan a todo el mundo.

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