En corto

Análisis en frío de una gran pasión ( y 2)

Pedro de Silva

Pedro de Silva

Quizás Sánchez, mente fría hasta la exasperación, no haya llegado nunca a apreciar el calor enorme aflorado en el resto de España con su arriesgada operación para redimir al secesionismo. Cuando al fin comenzó a darse cuenta, trató de apagar el fuego, lo que sería aún peor. Tras la quema del 28-M, que deforestó políticamente el territorio, aún parecía intoxicado por el humo al anunciar las generales. El antisanchismo aspiraba, en una segunda fase, a una lenta crucifixión (medio año) del reo chamuscado, en directo ante toda Europa, para más INRI mientras la presidía. Su precipitada fuga -tal vez a ninguna parte o tal vez no- ha decepcionado a la audiencia del evento, a la que el astuto gestor político de la lava antisanchista ha tenido que aplacar con dos frases, una de confianza («elecciones, cuanto antes mejor») y otra incitando al descabello («Sánchez aún no ha sido derogado»).

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