El jugador número 13

¿Quién dijo miedo?

Tal día como hoy del año 2022, el Unicaja llevaba ya tres semanas de vacaciones. Ahora, Navarro confiesa que desea que «no se acabara nunca la temporada»

Perry y Brizuela

Perry y Brizuela / Álex Zea

Juan Carlos Bonilla

Juan Carlos Bonilla

Aunque todavía no toca comparar la trayectoria del Unicaja de esta temporada con respecto de la anterior, a la pereza que suele dar el ponerse a revisar datos de un curso a otro, se le va a contraponer que, salvo el fin de semana negativo de la Final a Cuatro de la FIBA BCL, todo lo que se lleva vivido con este Unicaja da gusto recordar una y otra vez. Y no tiene mayor importancia que se escriba esto antes de la eliminatoria ante el FC Barcelona.

Tal día como hoy del año 2022, el equipo que siempre nos ocupa llevaba ya tres semanas de vacaciones. Para justificar los sueldos que pagaba el club había que recurrir a ideas subjetivas, dejando de lado la actuación que habían tenido durante el curso. Y había que afanarse en buscar qué continuidad merecía realmente la pena en el plantel para esta temporada.

Pero al final, la historia es la que conocemos hasta este momento, todo nos parece fantástico, entre otras cosas, porque creo que casi todo aparte de hacerse ha salido bien. Y es que, de momento, no parece que haya reto que no se pueda afrontar.

El entrenador confesaba el pasado jueves que deseaba que «no se acabara nunca la temporada». Y es normal, está saliendo todo a pedir de boca dentro y fuera de la pista, no hay jugador que no esté aportando algo más en la cancha de aquello para lo que se le fichó, y fuera de la misma tenemos ejemplos de todo tipo. Es más, cuando estos días atrás hemos visto a Tyler Kalinoski sorteando su camiseta de la Copa del Rey para la asociación PAD, a Melvin Ejim, Alberto Díaz y Kendrick Perry animando a las campeonas del Málaga Costa del Sol de balonmano, o a una parte importante de la plantilla pasando juntos el día de descanso en la playa, lo vemos como algo más que aporta valor añadido al buen ambiente generalizado que se transmite hacia el exterior.

Todo esto intercalado con lo realmente importante, como es el rendimiento en la cancha, algo que por ir paulatinamente hacia arriba parece que es algo simple y natural. La manera de recuperar lo bueno del equipo tras el final de la FIBA BCL y la forma de desembarazarse del Lenovo Tenerife en los cuartos de final de la ACB, tal vez lo valoraremos con el paso del tiempo, pero de momento no somos los suficientemente objetivos o analíticos para hacerlo.

Y es que pensar que el equipo de Ibon Navarro sólo ha permitido que los de Txus Vidorreta tuvieran siete u ocho minutos de baloncesto en los dos partidos, se nos sigue antojando irreal, aunque eso ya pertenece al pasado y desde hace varios días los cinco sentidos están en intentar reeditar el éxito que se cosechó el febrero pasado ante el Barça.

Al analizar lo que se le venía encima al Unicaja en la Copa del Rey, con una primera eliminatoria ante el todopoderoso equipo catalán, veía el elenco de Sarunas Jasikevicius y no veía fisuras. Ahora, y pese a la baja de Cory Higgins y estar aún en blanco en la consecución de títulos, tampoco. Mucho menos viendo cómo arrasaron al Valencia Basket en la anterior eliminatoria.

Está claro que ahora sólo quedan los cuatro mejores equipos, sólo la sorpresa de la eliminación del Cazoo Baskonia ante el Joventut Badalona evita que el triunfador de la liga más allá de los equipos futboleros sea el Unicaja. Pero todavía sin simplificar, creo y espero que el desarrollo del play off que veremos desde mañana se nos alargue y nos muestre el Unicaja que este año nos ha reconciliado y alegrado.

Si recordamos la temporada pasada para rememorar que el Canarias venció en Málaga de más de 30 puntos, también hay que recordar que el Unicaja venció 63-73 en el feudo catalán. Sí, el partido de aquella foto digna de equipo pequeño, cosas que parecen que hay que meterse en una biblioteca con mascarilla y guantes para no contaminar los datos, pero aún siendo tan recientes parecen más lejanos que nunca.

No sólo en resultados (aunque todos abogamos y queremos algún triunfo en Barcelona), sino en sensaciones, que son las que están mandando, y ahora en este momento tan grato para todo lo que rodea al equipo y al club, que el rival sea de los importantes puede traer sensaciones de prueba realmente dura. Y se resolverán con más o menos éxito, pero lo que tengo claro es que el respeto que se le tiene al rival ni mucho menos va a cruzar la frontera del miedo. A este equipo no lo veo yo por ese camino.