Los archivos somos nosotros

Parafraseando al influyente historiador medievalista Georges Duby, es el hombre vivo lo que hay que buscar bajo la piel documental de los archivos y en el silencio clamoroso de las bibliotecas. Puede ser que las existencias concretadas en estos espacios de reencuentro con la memoria –individual y colectiva- sean tan singulares porque nos aportan la identidad inherente a la propia historia. Sin ellos no habría pretérito ni futuro.

En su 75 aniversario, el Consejo Internacional de Archivos ha iniciado un programa para alentar a la «comunidad archivística» a compartir su considerable labor de salvaguardar y divulgar el patrimonio histórico. La Semana de los Archivos se está celebrando estos días en la capital auspiciada por la Diputación Provincial de Málaga, UMA, Ayuntamiento y Junta de Andalucía. Aglutina un conjunto de actividades: conciertos, puertas abiertas en la sede del Museo de Málaga y la exposición ‘Salimos a tu encuentro. Archivos de Málaga’ Converso con Pilar Rubio, jefa de sección del Archivo General de la Diputación, sobre esta celebración y la importancia de los archivos en la sociedad: «El archivo somos nosotros. Nuestras vidas están ahí»- comenta. Ante la falta de un reconocimiento más veraz de su trabajo, Pilar precisa: «Quizá no alcanzamos trasladar a los gobernantes la verdadera importancia de la gestión documental que realizamos. Lo venidero pasa por sentirnos imprescindibles». El archivero secunda la gestión de la información en las organizaciones y promueve su conocimiento, así lo vemos en calle Alcazabilla transformada en un archivo colorista al aire libre para eliminar ese tono grisáceo que parece impregnar este cometido. Mi gratitud a todos los archiveros –públicos y privados- por su excelso trabajo. Junto al cine Albéniz, Octavio Paz me dice que la poesía es la memoria de la vida y los archivos son su lengua. Disfrútenlos.

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