Hace casi dos siglos de la publicación en la revista El pobrecito hablador del artículo de Larra de ese título. Daba cuenta de una praxis indolente y moratoria del funcionario con ventanilla que hoy se suele dar por enterrada en la historia. Sin embargo el fondo o buqué de las cosas se resiste a cambiar, renaciendo bajo nuevas formas. Puede que el entorpecimiento y la demora en tiempo de Larra fuera menor de los que hoy ocasionan una normativa prolija y extenuante, la dispersión de competencias entre administraciones, la capacidad de enredo que los procedimientos ponen en manos del funcionario remiso a resolver y la falta total de responsabilidad por los retrasos. Aunque sea casi un clamor que la situación va a peor, el asunto no tiene peso en las ofertas de los partidos. Sería bueno medirlos por lo que al menos prometan o proyecten al respecto, pero en general ni lo hacen.
