Opinión | En corto

Otra amnistía, porfa, ésta en Madrid

Con motivo de la festividad civil de la buena suerte, solicito la amnistía de la rana de la fortuna del Paseo de Recoletos, en Madrid, a punto de desalojo municipal. Somos muchos los que de paso por la capital, sin saber a veces qué pintamos allí, sentimos la complicidad de este gigantesco animalito de bronce de larguísimas piernas, actitud tensa y mirada divertida. Como suele ocurrir, que nos veamos de tarde en tarde incentiva la atracción. Hay cuitas administrativas y concesionales por el medio, ya lo sé, pero tras casi una década dialogando en silencio con el viandante, soportando desnuda las injurias del clima continental madrileño, respondiendo con el propio hecho de existir y una permanente sonrisa a la crucial pregunta ¿qué coño hago yo aquí? (como un humano más) ¿no le habrá llegado a la rana de Recoletos el derecho a la amnistía y a que también a ella la dejen en paz?

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