Opinión | 360 grados

Hamás no es el Estado islámico pese a lo que diga Der Spiegel

A veces leer la prensa alemana le produce en uno indignación, sobre todo cuando se ocupa de Israel y el problema palestino.

Hace uos días, el corresponsal en Madrid del Frankfurter Allgemeine Zeitung buscaba en nuestro pasado histórico la hostilidad de los españoles a la política de Israel, que parecía asociar a un secular antisemitismo.

Y ahora, el principal seminario del país responsable no de uno, sino de dos genocidios – el Holocausto del pueblo judío y el de las etnias herero y nama de lo que es hoy Namibia- se permite criticar a la ONU por exigir a Israel que ponga fin a su «acción militar» en Gaza.

El editorial lo firma la codirectora de Der Spiegel, Melanie Amann, que se ha destacado en artículos y debates en televisión por sus duras críticas a la Rusia de Vladimir Putin a propósito de Ucrania.

La periodista califica de «asesinato masivo» el ataque del 7 de octubre de los militantes de Hamás contra Israel, lo cual es cierto aunque, según se ha sabido posteriormente, parte de los muertos en aquella acción fueron víctimas del «fuego amigo» israelí, algo que, sin embargo, calla.

Y, tras acusar a los que califica de «carniceros» de «mutilar los genitales de las mujeres, quemar a familias enteras dentro de sus casas y secuestrar a bebés», equipara a Hamás al Estado islámico para exigir que se le combata con la misma determinación.

Pero, por mucho en que se empeñe Amann en decir lo contrario, Hamás no es lo mismo que el ISIS; no quiere establecer un califato en toda la comunidad islámica, sino que es, como lo ha reconocido el semanario norteamericano Time, un movimiento claramente nacionalista.

De hecho, el Estado Islámico considera «apóstatas» a los de Hamás por el apoyo que reciben del Irán shií, según el Instituto de Política Medio-oriental de Washington.

Hamás es un movimiento conservador desde el punto de vista religioso, pero, a diferencia del Estado islámico, no pretende eliminar a los fieles de otras religiones y es tolerante con las mujeres que no llevan «yiha» y con los adolescentes que escuchan música estadounidense (1).

Nada de eso parece importar a la codirectora del semanario alemán, que recuerda cómo en 2014 una coalición internacional, en la que participaron también Estados como Arabia Saudí, combatió con éxito al Estado Islámico y pide que se haga ahora lo mismo con Hamás, como también ha propuesto sin que se le escuchara, dice, el presidente francés, Emmanuel Macron.

Amman reconoce que hay motivos para criticar la que califica sólo de «política agresiva de la derecha israelí, el expolio perpetrado por los colonos, el diario hostigamiento contra los palestinos o el bloqueo de Gaza».

¿Cabe calificar de simple «hostigamiento» las encarcelaciones y asesinatos de menores culpables muchas veces sólo de arrojar piedras contra soldados israelíes armados hasta los dientes, y sobre todo la actual masacre de la población civil de Gaza?

Según Amman, la credibilidad de la ONU está en tela de juicio, pero no al parecer por no haber conseguido parar esa matanza de civiles, sino porque tardó cincuenta días en «condenar la violencia sexual de Hamás».

Definitivamente, leer ciertos medios alemanes produce indignación.

(1) Time Magazine. 30 de octubre de 2023

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