Opinión

Cartas al director

¿INVERNADERO?

Es preciso dejar bien claro que en la transcendental época de la crianza de los hijos, no es lo mismo la protección que la sobreprotección, ya que mientras en el primero de los casos, el instinto de los padres les lleva a cuidar de sus hijos manteniéndoles a salvo de los peligros físicos y emocionales, en el segundo, los limita, dando lugar a hijos dependientes, inseguros, vulnerables y con baja autoestima.   Así, los expertos en el tema coinciden en manifestar a los cuatro vientos que, pese a la mejor de sus intenciones, los hijos de quienes han optado por la sobreprotección reciben una atención, cuidado, y mimo excesivo, hasta el punto que los padres -naturalmente, de modo involuntario- impiden que sus hijos desarrollen todas y cada una de sus capacidades innatas, y los dejan en una especie de ¿INVERNADERO? donde todo está perfectamente controlado.   Y es que, la hostilidad así como los incontables problemas, conflictos y desafíos, que nos tiene siempre reservados la vida al ser humano ¡ojo¡ brillan por su ausencia, no teniendo los niños oportunidad alguna de poner a prueba sus habilidades/herramientas para poder crecer y convertirse en personas maduras, precisamente ¡ay! como consecuencia de dicha sobreprotección.

Diego Sánchez Bolsa. Málaga

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