Opinión | Tribuna

Por una comunicación plenamente humana

Administraciones, empresas, medios y ciudadanos hemos de implicarnos en que el bienestar sea para todos, también para los más débiles

Que una cabecera de prensa escrita como La Opinión de Málaga haya llegado a 25 años de vida, atravesando varias crisis financieras mundiales, además de la crisis específica del sector provocada por la revolución digital, es un logro que dice mucho de la calidad del proyecto y supone una buena noticia para todos los malagueños. Celebrar 25 años de existencia de un medio de comunicación es motivo de felicitación, de gran alegría y de agradecimiento.

Fundado en 1999 y perteneciente al grupo Editorial Prensa Ibérica, el diario La Opinión se ha ocupado especialmente de la información local, generada tanto en la capital como en su cada vez más dinámica área metropolitana y en su provincia. La crónica diaria de la sociedad malagueña que ha ofrecido este periódico, desde sus inicios en calle Granada con la joven plantilla dirigida por Joaquín Marín, hasta su actual emplazamiento en calle Salvago, bajo la batuta de José Ramón Mendaza, se constituye como un documento de referencia obligada para entender el último cuarto de siglo de nuestra historia. Con su edición en papel, más de 3 millones de usuarios únicos al mes en su versión digital y centenares de miles de seguidores en sus perfiles de redes sociales es, sin duda un testigo necesario de la información de Málaga.

Los medios de comunicación desempeñan un papel crucial al influir en la opinión pública y en el tipo de sociedad. Desde mi llegada a esta Diócesis, hace más de 15 años, he podido ser testigo de la profunda transformación de Málaga y de su pujanza económica, que ha narrado y a la que sin duda ha contribuido este periódico.

Es fundamental que existan medios de comunicación independientes que no se conviertan en meros portavoces de los políticos de turno, que combatan la polarización, que no favorezcan ideologías perjudiciales para la humanidad o que amenacen la pluralidad y la convivencia.

Como han afirmado recientemente los obispos de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social de la Conferencia Episcopal Española ante el actual clima social, «toda comunicación es, de manera especial en ese tiempo, uno de los elementos claves para la fortaleza de las democracias. Por eso, es preciso proteger este derecho constitucional a comunicar o recibir libremente información veraz por cualquier medio de difusión, de los poderes económicos y políticos, que tantas veces desean limitarlo».

Las administraciones, las empresas, los medios de comunicación, todos los ciudadanos hemos de implicarnos en que el desarrollo y el bienestar sea para todos, también para los más débiles, para los que se quedan tantas veces en la cuneta. En el auge de la provincia no debemos perder de vista la búsqueda del bien común, de un desarrollo integral que tenga en cuenta a todos.

La Málaga tecnológica debe contribuir a poner en el centro a la persona y su dignidad humana. En este sentido, en su mensaje para la LVIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, el Papa reflexiona sobre la revolución digital y los avances en inteligencia artificial y nos ha invitado «a cuestionarnos sobre el desarrollo teórico y el uso práctico de estos nuevos instrumentos de comunicación y conocimiento. Grandes posibilidades de bien acompañan al riesgo de que todo se transforme en un cálculo abstracto, que reduzca las personas a meros datos, el pensamiento a un esquema, la experiencia a un caso, el bien a un beneficio, y sobre todo que acabemos negando la unicidad de cada persona y de su historia, disolviendo la concreción de la realidad en una serie de estadísticas».

Francisco concreta su reflexión sobre la inteligencia artificial en el ámbito mediático afirmando que, su uso «podrá contribuir positivamente en el campo de la comunicación si no anula el papel del periodismo sobre el terreno, sino que, por el contrario, lo respalda; si aumenta la profesionalidad de la comunicación, responsabilizando a cada comunicador; si devuelve a cada ser humano el papel de sujeto, con capacidad crítica, respecto de la misma comunicación».

Felicitando al periódico La Opinión de Málaga, espero, deseo y rezo para que pueda ofrecernos en los próximos 25 años esa «comunicación plenamente humana» que nos pide el Papa y que Málaga y el mundo necesitan. ¡Enhorabuena y mis mejores augurios!

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