Opinión | Tribuna

25 años de compromiso con Málaga

La Cámara ha evolucionado en función de las necesidades de nuestro tejido productivo. Nos hemos adaptado a los retos de un mundo globalizado

Contar con un medio de comunicación, en este caso, tan, tan cercano como es La Opinión de Málaga que, por su independencia, por su compromiso informativo y por la rigurosidad de los profesionales que lo componen, es un gran motivo de satisfacción para los malagueños. Ahora que cumple su primer cuarto de siglo, desde la Cámara de Comercio de Málaga, institución centenaria, queremos felicitarles por esa ardua labor informativa, esencial para conocer todo aquello que nos afecta en nuestro día a día, especialmente en esta era de la digitalización, con la enorme cantidad de focos informativos que han surgido, no siempre veraces y fiables.

En una sociedad convulsionada, donde la situación política llega a unos niveles de crispación no deseables, donde los conflictos internacionales nos afectan a todos por sus repercusiones humanas y económicas y, donde los valores de nuestra democracia llegan a ser vulnerados, necesitamos de la prensa como servicio público que nos mantiene informados y por su papel esencial para cohesionar una sociedad pluralista, justa y moderna, que sepa responder en cada momento a las amenazas que nos acechan.

Esa aportación a la pluralidad informativa es esencial de cara a un debate sano entre los ciudadanos, de ahí, que esa labor que llevan a cabo los medios de comunicación sea importantísima para el mejor desarrollo de la sociedad y de la economía, porque todo esto conlleva el incremento de las inversiones, el desarrollo de proyectos y, con ello, la generación de riqueza y bienestar para todos.

La Opinión de Málaga cumple 25 años en los que, al igual que la Cámara de Comercio de Málaga, ha evolucionado para adaptarse a las nuevas tecnologías, a las nuevas formas de relacionarse a través de internet y redes sociales. Unos años en los que nuestra provincia y su tejido empresarial han tenido un desarrollo notable y cuyos logros, y también fracasos, han conformado una economía y unos sectores productivos sólidos y con gran futuro que hemos de cuidarlos con esmero.

En el caso de la Cámara de Málaga, si echamos la vista atrás en estos cinco lustros y hacemos un breve examen de la labor realizada y las iniciativas puestas en marcha, podemos justificar -al igual que ocurre con La Opinión de Málaga-, la satisfacción de sentirnos impulsores y partícipes en esa mejora de la economía provincial.

Nuestra corporación, como cualquier elemento de la sociedad, también ha tenido que atravesar altibajos, crisis económicas y financieras, como en 2010 con la supresión del recurso cameral permanente -a pesar de mantenerse la exigencia de cumplir funciones público-administrativas-, o la promulgación de la Ley 4/2014, Básica de Cámaras de Comercio de España, o la Ley 4/2019 de Cámaras de Comercio de Andalucía, que vinieron a regular su funcionamiento y su adaptación en cuanto a estructuras y procedimientos, incluso a normativa europea, que ha permitido una intensa participación en programas y proyectos cofinanciados con fondos de la UE, sin olvidarnos que hemos ampliado nuestras relaciones con las administraciones para realizar, en un contexto de colaboración público-privada, las funciones que se nos han planteado.

A pesar de todo ello, nuestra Cámara siempre ha sabido adaptarse y dar la mejor repuesta, como ocurrió durante el confinamiento debido a la pandemia del Covid19, en el que se mantuvieron abiertos todos los servicios e, incluso, se ampliaron, implementando cuantos cambios digitales fueron precisos.

La Cámara ha evolucionado en función de las necesidades de nuestro tejido productivo. Nos hemos adaptado a los nuevos retos que un mundo globalizado ha impuesto, especialmente en esta era de la digitalización, sin olvidarnos de las nuevas fórmulas comerciales y la búsqueda de mercados exteriores, para ofrecer unos servicios verdaderamente útiles, atendiendo de una forma muy particular a las startups y a las vocaciones emprendedoras.

Me gustaría destacar el apoyo a la internacionalización para promover y potenciar el comercio exterior. Málaga ha experimentado un gran cambio en estos años. Nuestra provincia exportó en 1999 por un valor de 576 millones de euros (en aquellos momentos 95.860 millones de pesetas), frente al resultado récord del pasado 2023, en el que alcanzamos los 3.222 millones de euros. Otro dato curioso, referido a las exportaciones, es que en 1999, la Cámara de Málaga emitió 827 Certificados de Origen para acompañar a mercancías que salían de nuestra provincia, mientras que en 2023, hemos emitido 4.149.

Sí, hemos cambiado, pero debemos felicitarnos por ello y felicitar a La Opinión de Málaga, no sólo por estos primeros veinticinco años, sino, porque como decía antes, somos parte de esa evolución, siempre para mejor y en beneficio de la economía, buscando, cada uno desde nuestro sector y actividad, el bienestar de la sociedad malagueña.

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