Opinión | Tribuna

Un cuarto de siglo mejores

La Opinión de Málaga viene a cumplir su primer cuarto de siglo, sus primeros 25 años, como si con ello quisiera recordarnos la necesidad de que los medios estén ahí para informarnos, para ser el ‘cuarto poder’, ese modo de control que la sociedad ejerce sobre quienes gestionan lo público.

Cuando apareció el primer número de La Opinión de Málaga la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol Occidental acababa de cumplir veintisiete años de existencia. La Mancomunidad nació en 1972. Casi, casi, la mitad del recorrido histórico de la Costa del Sol lo hemos hecho conjuntamente.

En todos estos años la Mancomunidad ha atravesado épocas muy buenas y otras no tanto. Nació antes de la Transición, pero ya nació democrática, con representación igualitaria de todos los municipios que la componen.

Ese era el ánimo con el que se emprendió este camino. El de colaboración entre vecinos, entre iguales. Y es el mismo que se mantiene hasta hoy. Por eso fue un acierto crear esta institución. Yo algunas veces me he preguntado cómo se determinan los territorios. Más allá de las llamadas ‘fronteras naturales’, que suelen ser los mares, los grandes ríos o las cordilleras, cómo hemos establecido dónde termina un lugar y empieza otro.

Ahí está, por ejemplo, el concepto de provincia. Seguramente todos sabrán que proviene de la división territorial que Javier de Burgos hizo en 1833. Aunque si uno mira un mapa podría pensar que el territorio de cada provincia pudo ser determinado de forma arbitraria o, todo lo más, de acuerdo a cuestiones históricas y geográficas, no lo fue tanto, puesto que seguía ciertos criterios ‘racionales’, fundamentalmente de extensión, determinando la norma de que desde el punto más alejado debería poder llegarse a la capital en un día. Sin embargo, esto hizo que Nerja y Montejaque, por ejemplo, sean de la misma provincia, lo que está muy bien, pero si alguien nos pregunta qué tienen en común quizás tengamos algunos problemas para explicarlo. Sin embargo, a nadie hay que explicarle qué tienen en común Torremolinos y Manilva.

Esta es la grandeza de las mancomunidades. La ley las define como asociaciones de municipios cuyas competencias deben estar orientadas exclusivamente a la realización de obras y la prestación de servicios públicos que sean necesarios para que los municipios puedan prestar los servicios enumerados en los artículos 25 y 26 de la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local (LBRL).

A mí, a la definición jurídico-administrativa siempre me ha parecido que le falta un adjetivo. Allí donde dice ‘asociaciones de municipios’ yo creo que debería decir ‘asociaciones ‘voluntarias’ de municipios’. Porque esa es la esencia. Se constituyen libre y voluntariamente, se está en una mancomunidad porque se quiere, porque conviene, no por una mera cuestión de cuánto se tardaba a principios del siglo XIX en llegar a la capital desde no sé dónde. Por eso, exactamente por eso, Manilva y Torremolinos tienen mucho que ver, tanto, que no es necesario explicarlo.

Será por eso que la cosa ha sido útil y ha sobrevivido cincuenta y dos años. A estas alturas no es necesario que explique lo bien, lo muy bien que funcionan algunas cosas en la Costa del Sol Occidental. Fundamentalmente, cuando se constituyó la Mancomunidad en sus estatutos se nos otorgaron una serie de competencias. Entre ellas, el «ciclo integral del agua de uso urbano», que comprende el abastecimiento en alta y en baja, el saneamiento y la depuración. Estas competencias fueron delegadas en Acosol, nuestra empresa de aguas, en 1994, y desde entonces ha venido prestando un servicio inmejorable.

También nos dieron competencias en la gestión de los residuos sólidos urbanos, comprendiendo su tratamiento. De eso nos ocupamos en el Complejo Medioambiental de Casares, que es modélico en tantos aspectos. Reiteradamente somos una de las zonas de España donde mayores datos de reciclaje se alcanzan en todos los residuos, tanto vidrio, papel y cartón como envases ligeros. Llevamos años acumulando premios en este sentido, lo que da una idea muy clara de qué hacemos y de cómo lo hacemos.

También debo recordar que tenemos competencias en urbanismo, a través de nuestra Oficina Técnica. Y también tenemos competencias en playas, tanto en balizamiento como en limpieza de aguas, labores que ya son tradicionales también y que todo el mundo conoce; en Turismo hacemos una labor de apoyo a la promoción de la que es, sin duda, una de las principales marcas turísticas del mundo.

En estos últimos veinticinco años nos hemos dedicado a consolidar todo esto, en hacerlo más grande. Y La Opinión de Málaga ha estado ahí para contarlo. Ojalá sigamos así veinticinco veces veinticinco años más. Felicidades.

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