Opinión | 360 grados

Ayuda a Ucrania, un pozo sin fondo

Un instituto de análisis económicos de la capital ucraniana cifra en más de 100.000 millones de euros la reconstrucción

Adiestramiento de soldados ucranianos

Adiestramiento de soldados ucranianos / EFE

La ayuda militar y económica de Occidente a la invadida Ucrania es, por más que algunos traten de relativizarlo, un pozo sin fondo. Se vio con claridad una vez más en la conferencia para la reconstrucción del país recién celebrada en la capital alemana.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció para julio una nueva partida para Ucrania de 3.400 millones de euros.

La mitad de esa cantidad aproximadamente procede de los intereses de los multimillonarios activos que el Banco Central Ruso tiene depositados sobre todo en Europa y que ha confiscado Occidente.

En la conferencia se habló de cifras astronómicas para el país Volodímir Zelenski, dinero que tendrá que detraerse de otras partidas de los presupuestos nacionales: por ejemplo, el gasto social o en infraestructuras.

El alcalde de Járkov, Igor Terejov, calculó en un mínimo de diez mil millones de euros el dinero que exigirá reparar los daños materiales sufridos por su ciudad en los bombardeos rusos.

Un instituto de análisis económicos de la capital ucraniana cifra, por su parte, en más de 100.000 millones de euros la reconstrucción de todas las infraestructuras destruidas, entre ellas las energéticas.

Según el jefe del Gobierno de Kiev, Denis Schmigal, el país necesitará en los diez próximos años inversiones de entre diez y treinta mil millones de euros.

Mientras tanto continúa la guerra y, para hacer frente a Rusia, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y su ministro de Exteriores, pidieron en Berlín a Occidente sistemas antiaéreos y otras armas.

Según argumentó el ministro Dmitro Kuleba, lo que, gracias a las armas que reciba Ucrania, no se destruya, no tendrá luego que ser reconstruido.

El jefe de la diplomacia ucraniana no sacó la lógica conclusión: si se hubiera negociado un alto el fuego hace tiempo, se habría evitando tanta destrucción y tantas muertes.

Pero Zelenski parece estar pensando ya en el futuro y así animó a las empresas de Occidente y no sólo las del sector armamentista a no esperar más para invertir en su país.

Deliberadamente ajeno a la realidad sobre el terreno, que augura un total desastre para Ucrania de proseguir la guerra, el canciller federal alemán, Olaf Scholz, pintó un futuro brillante para el país.

Occidente, dijo el político socialdemócrata, hará de Ucrania un país “más fuerte, más libre y más próspero de lo que era antes de la guerra”.

¡Que se lo cuenten a las decenas de miles de ucranianos que han perdido en combate la vida o alguno de sus miembros! ¡Que se lo digan a sus madres, sus viudas o a sus huérfanos! n

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