Opinión | Málaga de un vistazo

Epístola a José García Pérez, poeta

José García Pérez, en una imagen de archivo.

José García Pérez, en una imagen de archivo. / L. O.

Málaga, 19 de junio de 2024.

Querido amigo y entrañable poeta José García Pérez:

Hace dos años, culminada la primavera, iniciaste un periplo hacia tu playa donde el mar silba nácar. En aquel día, el estío emergía empapado de un cromatismo plomizo que calaba el alma y las evocaciones de nuestras vidas compartidas. No escribo esta epístola sobre tu viaje con pena o resignación sino con el ánimo de redención que nos otorga la memoria. Hoy, te recuerdo en tu «Málaga, la ciudad que todo lo acoge y todo lo silencia»- como bien nos adviertes- declamando tus versos de aquella despedida: «En el adiós quedó nuestro futuro construido para siempre». Un hasta la vista que rememoro ahora reflexionando en tu ausencia, buscando el arduo equilibrio humano desde tu partida.

Oigo tu voz grave, tan personal y cautivadora; tu armoniosa y seductora forma de comunicar, construyendo silencios precisos y argumentos enriquecedores de temáticas que discurren desde el análisis minucioso del controvertido devenir de la política -una de tus querencias-, enigmas teológicos, crónicas futbolísticas… a la poesía -siempre la poesía-, la literatura. Te contemplo en la Tertulia Gran Vía, persuadido por tu silencio sonoro, para escucharte y percibir toda tu vida apasionante como profesor, político, ensayista, narrador, clarividente articulista y determinante poeta. Como ferviente arqueólogo de la palabra en un estado de rebeldía permanente. Como creador expuesto para hacer feliz a todo tu derredor. Pepe nos seguimos viendo en la orilla de tus libros. Me despido hasta la próxima carta con mi profunda gratitud y cariño. Ignacio Hernández.

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