Mendelssohn al Stradivarius de Yoo

Dos escuelas francesa y alemana han concurrido en el último programa de abono de la Orquesta Filarmónica de Málaga aportando dos perspectivas del rico repertorio romántico y sus formas musicales, en concreto el concierto y el poema sinfónico. En su momento generó afectos y defectos en alardes academicistas cargados de impostación las más de las ocasiones.

Programa que se desarrollaba con la noticia del nombramiento de Esteban Morales como nuevo gerente de la OFM algo que a todos congratula por la oportunidad que supone cerrar la crisis abierta en el conjunto que en nada beneficia en la excelencia artística de la Filarmónica a corta distancia y a medio plazo una mayor presencia en la sociedad a la que se debe como institución pública que es.

Apenas se conservan una decena de páginas del compositor impresionista P. Dukas su talante perfeccionista le llevó a despreciar y destruir buena parte de sus trabajos. Entre las páginas que han llegado hasta nuestros días se encuentra el poema sinfónico El aprendiz de brujo inspirado en un poema de Goethe que adquiere forma visual y de movimiento gracias al hábil crescendo que teje sobre el obstinato que atraviesa la página dotándola de plasticidad gracias al color orquestal que aportan maderas y metales.

Lectura en ocasiones acelerada que no aportó claridad a la abundante plantilla instrumental que en ciertos tuttis destacaron sensibles descuadres. Destacar no obstante el color de las cuerdas un tanto afiladas frente a la densidad y emisión redonda del Mendelssohn que le continuaría. La capitanía de las cuerdas de Yorrick Troman aportó seguridad a los atriles y empaste entre las secciones muy especialmente entre las cuerdas.

Seis años ocupó la redacción de una de las páginas más importantes del repertorio romántico para violín como es el Segundo concierto para violín y orquesta de Mendelssohn partitura que si bien sigue una estructura formal clásica amplía su horizonte en el abundante caudal temático de los tres tiempos contrastantes en los que se articula adquiriendo unidad al presentarse sin solución de continuidad. Detalles que estuvieron muy presentes en la lectura del Stradivarius -Prince Obolensky de 1704- de la violinista de origen coreano Esther Yoo en lo que fue un alarde de virtuosismo y gusto musical. Destacar el equilibrio dramático entre conjunto y solista en el capítulo central frente a los brillos del tiempo de cierre y donde encontramos la batuta del maestro Moreno más centrada.

Y de nuevo en contraste a la figura del concierto, Debussy en su tríptico Images nos devuelve a la música programática. Primera lectura en conjunto de la OFM en la que no es posible recurrir a la figura de Manuel de Falla en la que es posible apreciar la inspiración que ejerció sobre su obra el compositor francés si bien ambos músicos poseen personalidad propia. Versión con intención, sensible en dinámica y pulso coherente.