Opinión | En corto

Una mala idea, probablemente

Se puede entender el afán de quienes no han vivido un tiempo, ni podido participar en sus eventos, de hacerlo a posteriori, montando una especie de diorama. Los que, como Iglesias, habían llegado tarde al cambio a la democracia, idearon una «segunda transición» para participar retroactivamente, so pretexto de rematar la obra. Quienes no vivieron los tiempos del final de Franco, que confirmaban la esperanza de dejar atrás la dictadura pero iban cargados de riesgos para los antifranquistas, buscan recomponer sus piezas y paisaje bajo su propia lente y metiéndose en él sin peligro. Son pasiones entendibles, pero conviene justificar bien las razones públicas con que se adornen. En este concreto caso algunos antifranquistas en tiempo real no las acabamos de entender. Hay celebraciones que solo tienen sentido en su hora y darles marcha atrás puede acabar haciendo el juego a los nostálgicos.

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