Opinión | Viento fresco

Impacto inminente

Un asteroide se acerca a la tierra. La noticia parece una película pero quizás nos pueda hacer reflexionar. U organizar una orgía

Recreación de un posible impacto contra la Tierra.

Recreación de un posible impacto contra la Tierra. / l.o.

Al fin un asunto interesante del que escribir. La ONU activa por primera vez el Protocolo de Seguridad Planetaria por un asteroide. Hay más del 1% de posibilidades de que nos caiga encima.

El «YR4», que así se ha bautizado -muy mal, pudiéndole llamar José Luis, Lola o Pedrusco Infame-, mide más de 50 metros y colisionaría contra la Tierra en el año 2032. O sea, pasado mañana como aquel que dice.

Un asteroide se acerca, se acuerda uno de Armagedon o de No mires arriba (2021), ese film en el que dos astrofísicos advierten de la colisión inmediata mientras la sociedad apática hace el imbécil y hasta hay gente que lo niega teniéndolo a la vista.

El asteroide. Una buena excusa para concentrarse en lo importante y relativizar nuestros problemas. O, mejor dicho, para pensar que tenemos un problemón: el asteroide. Somos frágiles pero somos más incrédulos. Hay gente que no se cree que la tierra sea redonda, como para que crean en un asteroide. Uno confía en la ciencia y espera que el asteroide pueda ser desviado o se desvíe él solo; se ignora si por el contrario el asteroide cambiará de opinión al ver el panorama tan confuso y trumpista que hay en la tierra, que no está como para visitarla aunque sí para destruirla y hacer borrón y cuenta nueva. Si fuera por el bruto de Trump caería en Gaza. Si esto fuera una película estaríamos tranquilos: impactaría en Nueva York, interrumpiendo la historia de amor de una guapa científica y un currante, que lograrían convencer al Gobierno mundial, reunido en Washington (con un militar en la sala apostando claramente por enviar tropas donde sea) y el resto del mundo dividido entre los que contienen la respiración, los que se dan al pillaje y los que fundan una orgía.

No le hicimos caso a Jesucristo, le vamos a hacer caso a un asteroide. A mí me vendría bien que cayera antes del café, total, a esa hora no soy persona. No va a faltar un consejero o ministro de Turismo que diga que el asteroide puede restar turismo de alto poder adquisitivo. Y que pida una mayor conectividad con el asteroide. Los hosteleros pedirían que no cayera en las terrazas y que habría que ampliarlas con más mesas para ver mejor el impacto. La Iglesia aprovecharía para ganar adeptos y a lo mejor no escasea quien piense que en el pedrusco podrían instalarse unos pisos turísticos.

Tal vez donde en realidad impacte será en nuestras prioridades. Quién sabe dónde estaremos en 2032. Me parece a mí que el asteroide es el único que hace planes a tan largo plazo.

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