De la I.A. al cielo

La pandemia del no-pensar, asociada a las redes, la velocidad de los mensajes y su simplificación, nos irá haciendo perder destrezas hasta que las propias neuronas, cansadas de estar mano sobre mano, se jubilen. Como a la vez la inteligencia artificial irá ocupando, tanto en cada cabeza como en la vida social, los trabajos que ha venido haciendo la inteligencia natural, la jibarización de las funciones de la mente humana, luego de la masa encefálica y más tarde de la misma caja craneal, es un escenario verosímil. Una ínfima minoría tal vez mantenga funciones para tratar de domar la I.A. (a la larga inútilmente) y una minoría algo mayor tendrá acceso a gimnasios mentales en que quemar grasa encefálica en ejercicios de mantenimiento, pero el grueso de la tropa irá entonteciendo, sin que nadie se pregunte cuándo empezó todo. Al no hacerse preguntas se sentirá en el cielo.

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