Opinión | Tribuna
Quita esa valla de ahí
El ‘Movimiento Parque del Oeste’, impulsado mayoritariamente por vecinas del barrio, muchas jubiladas, ha vencido a una temible operación especulativa que pretendía privatizar parte del parque público

Muro en el Parque del Oeste. / Alfonso Vázquez
Era una tarde de noviembre cualquiera cuando fui a recoger a mis hijas a la salida del comedor del colegio y me arrastraron a la primera concentración espontánea del Parque del Oeste. La única comunicación oficial a las autoridades que cursaron las promotoras (unas niñas y niños de quinto de primaria acompañadas de alguna hermana pequeña) fue a sus padres y madres. Nadie se atrevió a disolver esa manifestación de niñas indignadas provistas de una trompeta y carteles de ‘Parque sí, negocio no’. Esas niñas dieron la voz de alarma y abuelas y abuelos se encargaron de poner orden desde entonces.
Vecinas del barrio
Meses después, el ‘Movimiento Parque del Oeste’, impulsado mayoritariamente por vecinas del barrio, muchas jubiladas, ha vencido a una temible operación especulativa que pretendía privatizar parte del parque público. Una operación que iba a «dinamizar el barrio» (Teresa Porras dixit) porque los vecinos debemos ser muy apáticos, reacios a lo nuevo. En otro tiempo habrían dicho que lo que querían era civilizarnos, pero ahora habría sonado raro porque lo que promueve el gobierno municipal es precisamente lo contrario: la ley de la selva para que unos pocos hagan negocio con lo que es de todas y todos.

Pintadas en protesta por el Festival de las Linternas en el Parque del Oeste. / Alfonso Vázquez
Vivimos una época de luchas por el territorio, es decir, por aquello que nos arraiga y da seguridad en tiempos de incertidumbre y precariedad. Luchamos porque no desmantelen nuestro centro de salud, por tener vivienda asequible donde nos sentimos parte, porque nuestro paisaje urbano no lo destruya un rascacielos en el puerto o por tener un bosque urbano allá donde quieren poner más moles y centros comerciales.
Gentrificación
Todo este movimiento vecinal por recuperar un parque público acontece en la ciudad que se ha convertido en referente de la acumulación por desposesión y de la gentrificación. Aquí, en los barrios obreros de Carretera de Cádiz, David ha vencido, por esta vez, a Goliat. Poca broma.
El gobierno municipal intentó desmovilizar y doblar el pulso con todo: engañando a los vecinos, regalando entradas, criminalizando las protestas, señalando con nombres y apellidos, coaccionando con la Policía Local, condicionando a la opinión pública desde medios locales… puso en marcha el manual de instrucciones para este tipo de casos de intolerable insubordinación ante las leyes del mercado. Sin embargo, el porrazo se lo ha dado Paco de la Torre.
Se ha disputado el uso del espacio público y se ha vencido. ‘Parque sí, negocio no’ lo dejaba claro, en la ciudad se debe anteponer el uso y disfrute libre de los espacios públicos al negocio de unos pocos. Con esto se ha puesto en tela de juicio el mismo modelo de ciudad del Partido Popular que nos expulsa de la misma. La ciudad debe ser para vivir(la), no para consumir(la).

La protesta vecinal por el cierre de parte del Parque del Oeste ha sido una constante / La Opinión
Vecindad
También se ha disputado el sentido de vecindad. Málaga se ha caracterizado siempre por los fuertes lazos de vecindad en sus barrios, relaciones de reciprocidad entre vecinos que, en muchos casos, ya traían de sus pueblos de origen cuando llegaron en los años setenta y ochenta. Esta vecindad (del latín vicintas, «cualidad de los que viven en la misma aldea») sufre la atomización y el debilitamiento de vínculos que provoca la ciudad neoliberal del Partido Popular, que no quiere vecinos sino clientes, y que pone en valor (véase en el mercado) todo aquello público en lo que nos pudiéramos encontrar, socializar o sentirnos parte común. Aquí se ha dado otra victoria: nos reivindicamos vecinas y vecinos de una Málaga que queremos vivir, no queremos ser clientes ni comparsa en un parque temático para turistas. Queremos ser vecinas y vecinos, y para eso nos hace falta una ciudad que nos lo permita.
Victoria ejemplar
Y no menos importante es la ejemplaridad de esta victoria. En el hecho en sí de que se ha ganado. Frente a un gobierno municipal que pone en bandeja de plata la ciudad a los fondos de inversión hay un alternativa sentida y deseada en los barrios de Málaga. Las vecinas y vecinos del Parque del Oeste han vuelto a demostrar que luchar sí sirve. Y que se puede ganar.
Este movimiento vecinal nos ha hecho estar orgullosos de la Málaga que queremos, esa que resiste en los barrios asfixiados por la turistificación.
Por malagueñas le han cantado al equipo de gobierno del Partido Popular unos versos de los que deberían tomar nota de aquí a futuro: «quita esa valla de ahí o la quitaré yo». Que se preparen porque otras vallas caerán.
- Así es el Ocean Victory: el crucero boutique de lujo que nace en Málaga y cambia la forma de viajar
- Una bocatería de Málaga reconocida como la mejor de Andalucía y España
- El hotel de Piqué en Málaga tiene fecha de apertura: ya admite reservas
- Una malagueña visita ‘La Revuelta’ y obliga a Broncano a frenar en seco el programa: “No te voy a ver…”
- Jueves Santo en Málaga 2025: horario e itinerario de las procesiones de Semana Santa
- El paraíso 'gatuno' está en Málaga: esta es la cafetería situada en pleno centro que está repleta de gatos
- ¿Qué supermercados y centros comerciales de Málaga abren el Jueves y Viernes Santo en la capital y provincia?
- Miércoles Santo en Málaga 2025: horario e itinerario de las procesiones de Semana Santa