Opinión | Lectores

Cartas al director

Un mundo sin justicia, por Miguel Hijano Guerrero

El misionero jesuita Alvar Sánchez, secretario de Cáritas Marruecos y buen conocedor de Manos Unidas, ha dado algunas cifras escalofriantes, de las que destaco que 733 millones de personas pasan hambre en el mundo y el 1,5% de la población mundial acumula el 50% de la riqueza global. Estos datos nos debían escandalizar seamos o no creyentes. No es posible que malgastemos tanto en cosas superfluas y de lujo excesivo cuando hay tanta gente sin poder comer. Se derrocha no ya sólo por particulares sino por gobiernos que gastan en proyectos que debían estar porque detrás de subsanar necesidades de los más pobres. Y, si nos centramos en los cristianos, recordemos los textos evangélicos en que Jesús ataca las riquezas, por ejemplo, en la segunda parte del evangelio de Lucas del pasado domingo cuando dice «ay de vosotros, los ricos, porque ya habéis recibido vuestro consuelo! Ay de vosotros, los que estáis saciados, porque tendréis hambre! En otro pasaje, Jesús dice: «Id, malditos al fuego eterno pues tuve hambre y no me disteis de comer», etc. No olvidemos que al final de la vida Dios nos juzgará del amor a los demás. Y, para terminar, recordar las palabras de la inscripción en la puerta de las Hermanas de la Cruz: «Ricos de la tierra, mirad al cielo».

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