Opinión | En corto

El secreto de la pareja

Hay muchos modos de clasificar a las personas: gente que lee libros y gente que no, practicantes del monoamor y del poliamor, devotos del pan muy cocido y del poco hecho, amantes de los perros y de los gatos, insomnes y dormilones, etcétera. Una de las más denotativas del carácter es la de gente que tira las cosas inútiles y gente que las almacena confiando en que el paso del tiempo les devuelva utilidad. Los almacenistas, en cuyo extremo está el síndrome de Diógenes, guardan objetos, prendas, muebles, papeles (sobre todo) dejándolos a la espera de una segunda vida, agarrándose a ellos como posesos y montando barricadas contra el tiempo, sus modos y sus modas. Conviene al almacenista tener al lado a alguien del otro tipo, para que de vez en cuando fuerce el desalojo, y al desalojador emparejarse con almacenista, para que contenga su furia eliminadora. Hay pocas uniones más estables.

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