Opinión | La libreta del duque de chantada

Fiesta, revancha y Euroliga

Málaga celebra con el Unicaja la conquista de la Copa del Rey de 2025

Málaga celebra con el Unicaja la conquista de la Copa del Rey de 2025 / Álex Zea

En la matinal del domingo, Málaga vuelve a estar de fiesta. El primer partido en el Carpena después del triunfo en la Copa servirá para la última gran celebración de este título. Un broche de oro a una gestión ejemplar dentro y fuera de la cancha de toda la familia del Unicaja. Para completar la fiesta visita la ciudad el Manresa del hijo prodigo Mario Saint-Supéry. Ese jugador que todos ansían triunfando de vuelta a casa y que en la Copa, una vez eliminado el Manresa, se subió a la grada con su familia y una bufanda del Unicaja para animar al equipo de Ibon Navarro.

Con Mario hay que ir despacio y dejar que su crecimiento se produzca como hasta ahora, de manera natural, sin prisas, sin acelerones, siguiendo un camino que parece ideal. Un recorrido en el que está arropado por una familia que le acompaña, le ayuda y le aconseja, en lugar de empujarle hacia aventuras raras como ocurre en otros casos para buscar solo el beneficio inmediato.

Ibon Navarro está también en esa línea y lo tiene muy claro como comentaba en una entrevista en El Correo hace unos días: «Nosotros no podemos pedirle a un jugador como Mario Saint-Supéry que venga a sustituir a Djedovic. Tiene más calidad y más energía y más vitalidad, es verdad. Pero lo que Djedovic aporta al equipo Mario no lo puede dar. El saber estar, su liderazgo en el vestuario, su complicidad con el cuerpo técnico, cómo sirve de enlace muchas veces... Todas esas cosas son cosas que las puede hacer él. Por su rol, por su edad, por su veteranía, por su liderazgo, por su carisma».

El Manresa es el único equipo que esta temporada podríamos decir ha «humillado» a los verdes. Líderes de la primera fase de la ACB y con tres títulos este año, Unicaja caía el 2 de noviembre en el Nou Congost por 40 puntos, 109 – 69, en el partido mas extraño jugado esta temporada. Una actuación coral muy positiva del equipo de Diego Ocampo y un partido para olvidar de los verdes en la que sólo se salvo Perry. A pesar de hacer más tiros y coger más rebotes que los del Bages, el 53% en tiros de 2 y el 15% en triples condenó al equipo cajista. Es tiempo de revancha y de borrar aquella imagen, aunque seguramente la fiesta y todo lo que rodea a estas celebraciones no sean el mejor escenario posible.

Es el comienzo de un mes de marzo que viene cargado de partidos (nueve) y de viajes largos, cinco desplazamientos. Un hecho que veo con asombro que asusta a muchos aficionados. Y me asombro aún más cuando la mayoría que escenifican ese miedo son los defensores de jugar la Euroliga. Si asusta este mes de marzo antes rivales como dicen de «segunda categoría» en la BCL y solo un mes o a lo sumo dos al año, ¿cómo pensaban afrontar este calendario todas las semanas y todos los meses del año ante rivales mejores y con desplazamientos aún más largos? Está claro que el equipo está donde tiene que estar, donde gana dentro y fuera de la cancha, donde los aficionados disfrutan y se sienten orgullosos de su equipo y en el lugar donde además es querido. La otra opción son hipotecas, semanas maratonianas, derrotas, años sin jugar la Copa o el play off, o incluso los dos y todo para poder jugar alguna temporada en el play in o el play off de esa competición.

Como ya vio la cúpula de Unicaja y confirmó al año siguiente el Gran Canaria, ahora mismo solo a los equipos propietarios les interesa jugar la Euroliga, y no a todos. Carpe Diem...

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