Impactos

En una actualidad retransmitida al instante y comentada al detalle es difícil saber con precisión cuando algo ha ido mal o ha ido bien para alguien en concreto, y ni siquiera se puede estar seguro del todo tras el impacto o repercusión mediática que haya podido tener. Puede que tras cualquier tropiezo todo el mundo critique lo que ha sucedido y eso termine siendo bueno para el criticado o que pase justo lo contrario, o puede, las más de las veces, que no importe lo que pase, lo grave, inusual o inapropiado que sea algo, porque al final se acaba digiriendo mientras se devora. Y de eso se trata, supongo, de alimentar el monstruo, atiborrarlo, y que se pase las horas comiendo sin tiempo para otra cosa que eso. El caso es que las redes sociales han cambiado el significado de las noticias, y lo que antes se podría entender de una manera, y se contaba con esa narrativa en los medios, ahora tiene una nueva interpretación en las redes y una continuidad que hace que todo termine ahí, comentado, protestado, discutido, ridiculizado y finalmente olvidado o recordado para siempre. Uno triunfa en directo, pero fracasa en diferido, el que gana termina rectificando o pidiendo perdón y el perdedor acaba recompensado con un premio mejor al que aspiraba antes. Y también puede pasar lo contrario, que uno gane más tras la victoria o pierda más tras el fracaso, uno nunca lo sabe hasta justo después de cuando sucede y puede ver cómo corre su suerte a través del impacto en las redes y lo que esto repercute en lo que pasa después o a consecuencia de eso mismo. Las redes sociales se alimentan de la actualidad y la actualidad se mira en ellas como en un espejo para corregir su apariencia y atusarse el pelo.