Opinión | Viento fresco

La plaga de los patinetes

En ciudades como Barcelona han comenzado a multar y ponerse bordes con los patineteros irresponsables que se saltan las señales. Que cunda el ejemplo

Usuario de patinete con cascos pero sin casco.

Usuario de patinete con cascos pero sin casco. / álex zea

La Guardia Urbana de Barcelona puso el fin de semana pasado 452 multas a patinetes. Luego dicen que los catalanes no son superiores. La nueva ordenanza de circulación entró en vigor el 1 de febrero. La mayoría de las multas han sido por no llevar casco o por desobedecer las señales de tráfico. Aquí parece que saltarse las señales es obligatorio.

Las sanciones van de los 100 a los 500 euros. Ir dos en un patinete suponen cien trompos. El exceso de velocidad o ir por la acera pueden costar 500 euros. Qué envidia. El patinete es un inventazo y es un medio sostenible, bla, bla, lo sabemos, pero su exceso está provocando accidentes. Su falta de regulación, caos. Peligro. Pagan justos por pecadores pero hay muchos pecadores. Pecadores de la pradera, incluso. Parece que el alcalde de Málaga tienen intención de que las empresas que operan el alquiler de patinetes no renueve, lo cual es estupendo.

He pasado unos días en París. Había que decirlo. Si el artículo fuera sobre los beneficios de comer una manzana a diario, sobre la guerra de Ucrania o acerca de la salud del Papa también lo habría referido. No hay que perder la oportunidad de compartir experiencias con los lectores. París: no se ven patinetes muchos, pero las bicicletas circulan a mansalva como si aquello no fuera la patria de la ilustración. No respetan pasos de peatones ni semáforos. Y los peatones parecen acostumbrados a que eso sea así. Y los que no estamos acostumbrados sufrimos cierto pavor al cruzar un semáforo. Sobre todo si acabamos de ingerir un Burdeos y se nos ha acelerado las ganas de vivir. De vivir en Montmatre. O en la Rue Rivoli o en la Plaza de la Ópera.

Cuando logremos que los patineteros lleven casco, luces y nadie en la chepa, habrá que tratar de que respeten las normas y que lleven seguro. Cuando sea obligatorio (aún tiene la norma que pasar por Congreso y Senado) ya va a haber un descenso en el número de patinetes. Una criba: no suelen coincidir en un mismo cerebro la idea de llevar patinete y tener que contratar (pagar) un seguro.

La nueva ordenanza de tráfico barcelones dificulta también dejar de cualquier modo bicis, motos y patinetes en las puertas de colegios y hospitales y sobre todo, deja la acera para sus legítimos dueños: los peatones.

Lo que tiene ruedas no puede ir por la acera. Es una verdad tan evidente que no se cumple. Incluso en las aceras estrechas. No es un comentario acerado. Es de sentido común.

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