Opinión | Málaga de un vistazo

Aleixandre retorna a Velintonia 3

Vicente Aleixandre.

Vicente Aleixandre. / L.O.

La luz plomiza está instalada en la ciudad del edén. La copiosa lluvia golpea los cristales. «Hoy, frente a tus ojos miro, miro mi enigma», me dice Vicente Aleixandre en ‘Sombra del paraíso’. Con estos versos, el Nobel me hace evocar su casa madrileña, siempre sincera, donde habitaba la concordia, Velintonia 3, la compañera de toda su vida literaria. En «el pequeño jardincito», tras cincuenta años bajo la elocuente y confortable sombra del cedro junto a su perro Sirio, entre sus paredes respiró el movimiento de la esencia apta para la creación artística. La casa durante más de cinco décadas se erigió en faro y refugio de cinco generaciones de poetas (27, 36, 40, 50 y los novísimos), encuentros éstos singulares, visionarios y apasionantes. Aleixandre se convierte en maestro y protector de los jóvenes líricos españoles; de tutor y padrino de estos poetas peregrinos -egregios, pequeños nombres y también desconocidos- quienes acudían a ese «santuario cargado de magia» como Jaime Siles describió a esta morada de la poética.

Inmersos en la atmósfera cinematográfica del 28º Festival de Málaga, mañana, jueves 20 de marzo a las 17.30 horas, se presenta en el Museo Picasso el estreno de la película documental ‘Velintonia 3’, dirigida por Javier Vila. Este filme está coproducido por Surnames y MLK producciones, con la participación de diferentes instituciones andaluzas y el Ministerio de Cultura. José Antonio Hergueta y Leticia Salvago, productores de MLK, perciben esta cinta «como un legado positivo de un nido cultural único para revivir la historia de un lugar clave en la literatura española del siglo XX. La casa está en ruinas; sin embargo, su espíritu sigue vivo». Tras 40 años, Aleixandre retorna a Velintonia 3.

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