Opinión | En corto

El coste de negar la evidencia

Poco a poco descubrimos que lo global de veras es el mundo, la tierra, el planeta. Un ser vivo tan interrelacionado como un cuerpo. Asi que (por ejemplo) se deshielan los polos, sube el nivel del agua, se calientan los mares, cambian las corrientes y la circulación atmosferica, se rompen los equilibrios y el clima va siendo otro: hace poco fue la intensidad terrible de una DANA, ahora la pertinaz lluvia en la España seca, elevando a doctor al que se llamaba «aprendiz de río» (el Manzanares). Y mañana ¿qué?. La Organización Meteorológica Mundial anuncia una «avalancha de impactos en cascada». Es solo cuestión de tiempo -y del tiempo- que los valentones negacionistas acaben metidos bajo la cama, muertos de miedo y de vergüenza, pero de momento pueden estropear aún más las cosas, al retrasar con su estulticia y el oportunismo de sus cómplices medidas que la ciencia juzga necesarias.

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