Opinión | En corto

El único antídoto

El medio que favorece la epidemia viral del no-pensar es el de las redes, que por rapidez, accesibilidad y difusibilidad facilitan la rápida expansión, en los niveles más superficiales de la percepción, de mensajes cortos y simples, aptos para formar comunidades de adictos. Esos mensajes no tienen nada dentro, son pura aserción, pero hacen nacer en el que los toma (un pulgar en alto basta) un sentimiento de pertenencia y fuerza. Frente a la pandemia solo tiene verdadera eficacia, aunque más preventiva que curativa, la cultura, o sea, la ingestión voluntaria y permanente (aunque sea en dosis pequeñas) de saberes, pensares, artes, belleza, fuera de los circuitos de utilidad. En cuanto se va haciendo sitio en el sistema límbico, aparecen nuevas curiosidades (el pensar) que ponen al no-pensar en fuga. El problema es la lentitud del remedio y la desmoralización de los doctores.

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