Opinión | 360 grados

Hay que aprender a convivir incluso con quienes no nos gustan

Tras la disolución de la Unión Soviética y la desaparición del Pacto de Varsovia, se olvidaron las promesas de Occidente de que la OTAN no se extendería hacia el este de Europa

Vladímir Putin y Donald Trump, durante una reunión en la cumbre del G20 de Osaka, en 2019.

Vladímir Putin y Donald Trump, durante una reunión en la cumbre del G20 de Osaka, en 2019. / SUSAN WALSH / AP

El historiador de la economía británico y miembro de la Cámara de los Lores Robert Skiderski sostiene, en referencia a la Rusia de Putin, que hay que aprender a convivir incluso con quienes no nos gustan (1).

Skiderski, biógrafo de John Maynard Keynes se remite a su libro "Las Consecuencias Económicas de la Paz" (1919) en el que el gran economista británico criticaba el Tratado de Versalles y las consecuencias impuestas a la derrotada Alemania.

Keynes explicó entonces que había que aprender a vivir con gente con la que no estuviésemos de acuerdo y que incluso nos disgustase porque en caso contrario "habrá venganza".

Skiderski critica que no haya habido contacto diplomático alguno con el Kremlin en casi tres años y que haya tenido que ser, no un gobierno europeo, sino la Casa Blanca de Donald Trump quien los reanudase.

Tras la disolución de la Unión Soviética y la desaparición del Pacto de Varsovia, en lugar de buscar un acomodo con la nueva Rusia, se olvidaron las promesas de Occidente de que la OTAN no se extendería hacia el este de Europa.

No se quiso aprovechar el que muchos entonces llamaron "dividendo de paz" y se optó por la humillación de Rusia, que en un primer momento –era el año 2000 y Bill Clinton estaba en la Casa Blanca- quiso incluso integrarse en la OTAN aunque en condiciones de igualdad.

Se repetía, pues, en cierto modo lo que, tras su derrota en la Primera Guerra Mundial, se hizo con Alemania y lo que abrió el camino para Adolf Hitler.

Skiderski considera, sin embargo, totalmente disparatadas las comparaciones que se han hecho en muchos medios de Occidente del líder ruso con el Führer alemán con el único objetivo de demonizarlo.

Pero Rusia es el país más extenso de la tierra, además de uno de los menos poblados, dispone de abundantes recursos naturales y no necesita ‘Lebensraum’ (espacio vital) como la Alemania expansionista de Hitler.

Occidente se equivoca también, opina el historiador británico, cuando cree que Rusia está aislada en el mundo actual y explica que muchos países del llamado Sur global consideran a la OTAN sucesora de las potencias coloniales europeas.

A lo que se suman las guerras ilegales lanzadas por la Alianza Atlántica contra la Serbia de Slobodan Milosevic, la Libia del coronel Gadhafi o Afganistán, que no contribuyen precisamente a la imagen que tiene la OTAN de sí misma como simple pacto de defensa.

Skiderski reconoce que es una de las pocas voces en la Cámara de los Lores en sostener que la guerra de Ucrania es la respuesta de Rusia al intento de la OTAN de colocar misiles en su misma frontera y no parte de una nueva estrategia del Kremlin, de la que no hay ninguna prueba.

Para el lord británico es "moralmente repugnante" decir que hay que ayudar militarmente a Kiev "hasta el último ucraniano", como dicen muchos.

Si uno lo cree seriamente , ¿por qué no va él mismo a luchar al frente?, se pregunta Skiderski para denunciar la hipocresía moral de muchos en Occidente.

(1) En declaraciones al programa "Neutrality Studies", del suizo Pascal Lottaz.

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