Opinión | La señal

Nos quieren rebaño

Nos quieren con miedo y amenazan con la guerra los mismos que no prepararon a la sociedad ni a los militares para la fatal eventualidad

Nos quieren con miedo. Nos quieren rebaño.

Nos quieren con miedo. Nos quieren rebaño. / Efe

Que llegaran a este esperpento -perdón, don Ramón María- no lo podía imaginar. Ahora, la UE asusta a los ciudadanos ante posibles guerras y crisis climáticas y quiere un bolsito para 72 horas de supervivencia. Son los mismos de la pandemia, los que nos encerraron en casa, ¿se acuerdan?, después el Tribunal Constitucional declaró las encerronas como inconstitucionales, tanto el primer como el segundo estado de alarma. Ahora, insisten. Nos quieren con miedo y amenazan con la guerra los mismos que no prepararon a la sociedad ni a los militares para la fatal eventualidad. Qué risa si no fuera trágico. Son también los mismos que no respetaron los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo, que ganó el PPE -189 diputados de los 720 del hemiciclo-, colocando al socialista Antonio Costa como presidente del Consejo. Unos y otros están en el juego y hacen las mismas trampas.

Pero, en fin, aquí tampoco, 25 años después, se le ha pedido perdón a Dolores Vázquez -17 meses en prisión-, la del caso Wanninkhof, ni se la ha indemnizado. Estado de derecho se llama. Pero a estas cosas se les pone sordina, no vaya a ser que entendamos la letra de la canción. Igual sucede con el compromiso de navegación segura por el Mar Negro que han acordado los EEUU y Rusia con el beneplácito de Ucrania. Parece que los acuerdos no gustan a la UE si no son suyos, especialmente a Macron, el empleado de los Rotshchild para estos asuntos. Después de sus malos resultados al Parlamento europeo, convocó legislativas y el troglodita Nuevo Frente Popular fue su aliado (de Ensemble, el partido macronista) en la segunda vuelta, extraños compañeros de cama y juegos sexuales. En fin, el hombre vive mintiéndose.

Ahora, que el patón de Mike Waltz, asesor de Seguridad Nacional de Trump, en el llamado Signalgate, es para ponerle orejas de burro al chico. Lo comentamos en Benjamín -magnífica cocina y servicio en Strachan- y también el libro de Luisgé Martín sobre el repugnante asesino José Bretón, que no está condenado al silencio, bueno es recordarlo. Peligroso precedente sentaría el caso, cuántos libros no se prohibirían y qué desmesurada alegría para gestapitos y wokes del mundo entero uníos. El juez deja libre al libro, pero la editorial se acobarda y busca lo políticamente correcto, se autocensura, vamos.

La verdad es que están atareados con Franco y los contratos menores para los eventos programados por el Gobierno. Solo al acto primero acudieron más ministros que al funeral por las víctimas de la DANA, con eso lo digo todo, total, los 64.000 euros que costó qué es para una legislatura sin presupuestos generales… Aquí no hay miserias.

Pero hay otros aniversarios, que no quiero olvidar. El quinto del inicio de la pandemia, y se felicitaban algunos solo con 80.000 muertos en 2020 de por medio. Si no fuera por el negocio de las mascarillas nadie habría sido procesado, la cárcel ni pisarla, por supuesto.

Y es que pasan cosas extrañas. Resulta que la Comunidad de Madrid anunció la pasada semana que eliminaría de sus colegios los dispositivos digitales en Educación Infantil y Primaria, aproximándose a lo que dice la Asociación Española de Pediatría, y salta la Confederación Española de Centros de Enseñanza que se opone, alegando la libertad de educación. Está visto que nos quieren digitalizados, Umberto Eco decía apocalípticos e integrados y, ahora, que la IA tome tus decisiones. Marc Vidal dice que nos quieren rebaño, es lo mismo, pero más castizo.

Sin embargo, lo importante es que el alcalde de Málaga compite con el PSOE y sus compañeros de viaje en ignorar el mercado y anuncia que en breve aprobará una «moratoria global» de viviendas de uso turístico. Todos son de izquierdas, aunque unos visten mejor y las cursiladas tienen otra redacción. Los de Dani Pérez y compañía, quieren que se declare Málaga «ciudad tensionada», ¡oh! Por supuesto, nadie cree en la oferta y la demanda, eso les une y no se lo van a reprochar al alcalde el día 5 en la manifestación. ¿Se le habrá ocurrido asistir y ponerse en cabeza sujetando la pancarta?, capaz es… Gloria Fuertes dejó este testimonio:

A veces quise no soñar contigo,

y cuanto más quería más soñaba,

por tus versos que yo saboreaba,

tú el rico de poemas, yo el mendigo.

Pero yo no adivino lo que invento,

y nunca inventaré lo que adivino

del nombre esclavo de mi pensamiento.

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