Opinión | TRIBUNA

Fernando Toll-Messía

Bananocracia americana

Trump se ha embarcado en un ataque furibundo contra los abogados que le procesaron por sus múltiples delitos, hasta el punto de que ha dictado una orden contra el bufete Perkins Coie

Lo que está sucediendo con la administración Trump da para un trabajo de final de grado en Ciencias Políticas con el título «bananocracia americana». Analicemos los siguientes hechos: Stephen Feinberg multimillonario, poseedor de un patrimonio de 7.700 millones de dólares es el subsecretario de defensa y propietario de Cerberus Capital Management, que invierte en defensa. Suena horroroso, pero es cierto. Y se va a forrar.

El secretario de Defensa Robert F. Kennedy ha encargado un estudio al CDC (Centro de Control de Enfermedades) para acreditar la relación entre autismo y vacunas. Obviamente no sabe, porque como negacionista de las vacunas es un cateto de boina y alpargatas de esparto, que el médico inglés Andrew Wakefield fue inhabilitado para ejercer la medicina en Gran Bretaña y declarado culpable de mala conducta profesional por vincular las vacunas de la triple vírica con el autismo en 1998. Tampoco sabe que desde 1974, según estudios de la Asamblea Mundial de la Salud, las vacunas han salvado 154 millones de vidas y que un niño de diez años tiene un cuarenta por ciento más de posibilidades de cumplir los once, desde que estas existen.

Trump se ha embarcado en un ataque furibundo contra los abogados que le procesaron por sus múltiples delitos, hasta el punto de que ha dictado una orden ejecutiva contra el bufete de abogados Perkins Coie prohibiendo al gobierno federal contratarlos e incluso entrar en instalaciones federales. La juez federal Howell, de DC, ordenó el miércoles a Trump que detenga temporalmente las sanciones sin precedentes. "Me da escalofríos", dijo Howell, describiendo la orden ejecutiva. Cambien el nombre de Trump por el de cualquier líder occidental al que le tengan manía y seguirán flipando.

La Universidad Johns Hopkins declaró el jueves que despedirá a más de 2.000 trabajadores después de perder 800 millones de dólares en subvenciones federales por orden de Trump. La economía de Maryland depende de la universidad con sede en Baltimore, ya que es uno de los mayores empleadores del estado. La universidad produjo un impacto económico de 15 mil millones en el estado en el año fiscal 2022 y empleó a más de 90.000 trabajadores de Maryland.

Hay que comprender que Trump es constructor y condenado por putero, por lo que lo de las universidades no lo acaba de entender. No son urbanizables.

El DOGE dirigido por ‘Muks’ (Maduro dixit) ha reducido la plantilla del Servicio de Impuestos Internos (IRS), el equivalente a nuestra Agencia Tributaria, en un cincuenta por ciento (prevé despedir 50.000 funcionarios). Le cabrea que estudios académicos recientes acrediten que por cada dólar invertido en auditar a personas que se encuentran en el 10% superior de los ingresos, se obtenga un rendimiento de doce dólares y que estos privilegiados generen cinco mil dólares adicionales en ingresos fiscales. Personalmente lo considero una cantidad ridícula.

Obviamente, oculta que fue acusado de fraude tras una investigación de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) en 2018 sobre una afirmación falsa y manipulada de que había obtenido financiación para privatizar Tesla por 420 dólares por acción. Musk y Tesla acordaron llegar a un acuerdo extrajudicial, para evitar la condena, pagando cada parte 20 millones de dólares. Musk dimitió como presidente del consejo de administración de Tesla.

Como ven no sólo a Trump le mueve el ánimo de venganza. Los resentidos se entienden.

El secretario de Comercio, Howard Lutnick, instó a los espectadores de Fox News, el miércoles por la noche, a comprar acciones de Tesla. Imagínense a Jimmy Carter dirigiéndose a los americanos para que le comprasen acciones de su empresa de cacahuetes. Lo que no contó Lutnick es que las acciones de Musk han caído un cincuenta por ciento desde que se arrancó con dos saludos nazis consecutivos y que en Europa ni hasta el más tecno bro más efervescente comprará un Tesla.

La degeneración democrática americana no tiene precedentes en el siglo XXI y el aprendiz de dictador no ha cumplido los tres meses. Nos espera una mezcla de ópera bufa, aquelarre, cénit de la degradación democrática, exaltación de la psicopatía de grupo, corrupción masiva de fondos públicos y exorcismo nacional. Pero no se desanimen, que a cada cerdo le llega su San Martín.

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