Opinión | El jugador número 13

Algunas preguntas

El partido fue bastante soso, con un equipo local que no necesitó un ambiente especial porque no lo hubo

El Unicaja firmó en Las Palmas su cuarta derrota seguida a domicilio en Liga.

El Unicaja firmó en Las Palmas su cuarta derrota seguida a domicilio en Liga. / ACBPhoto

Con el partido en Las Palmas, el Unicaja ha cerrado un mes de marzo en el que ha ganado cinco de los nueve partidos disputados, con la tendencia negativa marcada y aún no resuelta de las derrotas en los partidos lejos de Málaga. Algo que no ha sido absoluto, pero que en la Liga ACB ha alterado sustancialmente la situación y los objetivos inmediatos en la clasificación.

De optar a repetir el liderato de la fase regular conseguido la temporada pasada, se ha pasado ahora mismo a cerrar el grupo de cabezas de serie con el tercero y el quinto -Valencia Basket y Barça- a la misma distancia de dos partidos, pero con la sensación que, más allá del Unicaja, no hay otro equipo entre los del paquete de cabeza que no ofrezca seguridad y solidez en sus partidos en este tramo de la temporada.

En el partido del Gran Canaria Arena, el equipo de Los Guindos no repitió el inicio dubitativo que había significado repetir cansinamente empezar a la contra los encuentros que al final acabaron en derrota.

Pero esa diferencia en el arranque no terminó de tener la constancia que los rivales y la competición exigen y al final, pese a que la última jugada es tan opinable como todos los finales de partido, lo cierto es que los de Jaka Lakovic fueron justos vencedores de un encuentro que no pasará a la historia por su calidad.

Porque el partido fue bastante soso, con un equipo local que no necesitó un ambiente especial porque no lo hubo. Además, en contra de lo que las circunstancias y lo previsto en la previa del encuentro podía esperarse, no demostró estar cansado ni despistado a causa de la eliminatoria de semifinales de la Eurocup ante el Bahcesehir turco con los dos partidos disputados la semana pasada ni el que jugará en Estambul el miércoles.

El Unicaja fue a tirones. Cada vez que el Dreamland Gran Canaria metía una ventaja, los de Ibon Navarro demostraban que tenían argumentos como talento y físico suficientes para poder ir a por el partido, pero en el momento que se acercaba no tenían ni la continuidad ni la solidez necesaria para tomar la iniciativa, estando siempre a remolque en el marcador salvo 47 parcos segundos.

No hace falta que venga el entrenador y me repita eso de que los demás también hacen las cosas bien y que se está invirtiendo para el futuro porque me lo sé. Es más, tampoco hace falta que nadie me refresque la memoria sobre lo inocuo de quedar líder el pasado año en la fase regular porque para ello el equipo gastó una energía física y mental que después echó de menos en el play off. Y no hay problema en ello ni desconfianza porque no soy nadie para poner en tela de juicio el buen trabajo desarrollado en estos últimos tiempos, además de tener demasiado fresco muchos momentos tenebrosos en la historia reciente del club.

Confieso que, de todo lo que estoy viendo esta temporada, lo que me llama la atención es esa sensación que por momentos tengo en cuanto a ver cómo sale mentalmente el equipo en según qué partidos y la influencia que tiene en el posterior resultado. Para ello, más allá de alguna impresión subjetiva, los hechos son que el Unicaja es el cuarto equipo que menos tiros libres lanza de la competición, algo que puede justificarse por el tipo de juego desarrollado, pero lo peor es que es el sexto con peor porcentaje: un 74,3%, siendo el mejor La Laguna Tenerife con un 80,9%.

Ese dato, ese diagnóstico como le llama Ibon Navarro, hace que me llame la atención que tenga tres partidos con menos del 60% de acierto y cinco entre el 60% y el 70%. Esos síntomas, siguiendo con la dialéctica usada por el entrenador, pueden ser engañosos o no. No obstante, el partido con mejor porcentaje desde la línea, un 92% ante el Real Madrid en la primera vuelta, fue una derrota clara, pero no pensar que parte de las derrotas últimas ante Casademont Zaragoza, Real Madrid y Dreamland Gran Canaria se pierden con un 66% como mejor nota como mínimo llama la atención.

Todo ello, simplemente, como detalle a tener en cuenta porque si me pongo a pensar en lo que creo, este equipo sigue teniendo el crédito intacto para mí y, ¿por qué no pensarlo? Todas las posibilidades más allá de la aritmética para ser capaz de conquistar los títulos que quedan en liza tanto la FIBA BCL como la Liga ACB. No será fácil y requiere mejorar la imagen actual, pero al igual que nadie recuerda al campeón de noviembre, mucho menos el de marzo.

Ah, y como último apunte al partido de Las Palmas, si alguien pregunta por Alberto Díaz, no voy a negar yo el gravísimo error, pero mejor que le pregunten a Shane Larkin o Dennis Schroeder, por poner un par de ejemplos que ellos tienen mejor reputación que yo.

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