Opinión | Tribuna

Una rapsodia filosófica

Sobre la XII Olimpiada Filosófica de España

Magnífica experiencia la vivida en la final de la XII Olimpiada Filosófica de España

Magnífica experiencia la vivida en la final de la XII Olimpiada Filosófica de España / La Opinión

Después de escuchar a Bach en la Basílica de Sant Francesc de Palma de Mallorca el pasado sábado me hice el firme propósito de escribir una rapsodia, una especie de canción ensamblada. Mi propósito es declamar varios cantos lúcidos, casi como los homéricos, para proclamar la excelencia de una experiencia propia de la vida buena, burlando con el entusiasmo y la inteligencia que brotan de la juventud y del buen sentido, el imperio inexorable de Cronos, los aranceles y las tentaciones genocidas. Esta experiencia es la Olimpiada Filosófica de España, cuya final se ha celebrado, con notable éxito, en la capital balear, los días 28 y 29 de marzo de 2025.

La Olimpiada Filosófica de España (OFE-REF) es un lugar de encuentro privilegiado de todos los que disfrutamos de la filosofía y un espejo de la buena salud de la que goza el pensamiento crítico y joven actual en el estado español. Se celebra desde 2013-2014, en el marco de las actividades organizadas por la Red Española de Filosofía (REF. En el certamen de la Olimpiada Filosófica de España se desarrollan cuatro modalidades: Disertación filosófica, Dilema moral, Fotografía y Vídeo. En cada una de ellas, el alumnado ganador en la fase autonómica compite con sus compañeros de toda España. Pero lo importante, afortunadamente, no es competir, sino compartir modos de pensar, sentir y actuar. Nuestra intención es “cultivarnos” y hacer acopio de nutrientes especulativos, morales y ciudadanos para vivir bien y transmitir las virtudes de esta experiencia a los demás.

Estudiantes y profesores 'raros'

Como he tenido ocasión de decir en diversos foros, un hatajo de estudiantes y profesores 'raros' defendemos aquí, siguiendo la estela de la ilustración, que nuestra sociedad adolece, por regla general, de instrumentos quirúrgicos para extirpar los tumores de la estupidez y el conformismo. Y nos hemos empeñado en mostrar los beneficios de esta operación desde hace doce años, de la mano del arte de la argumentación y el diálogo racional, el análisis y resolución de dilemas morales y el uso de los medios audiovisuales. En nuestro caso, son los adolescentes de una “sociedad adolescente” los encargados de abrir camino, de mostrar su excelencia y sacudir conciencias con su madurez precoz y la complicidad de un puñado de profesores entusiastas que nos vemos las caras al menos una vez al año.

Este año nos hemos citado en la misteriosa, elegante y fascinante ciudad de Palma de Mallorca, siguiendo la ruta trazada por el Ars Magna de Ramon Llull, fuente de inspiración para Leibniz y los teóricos de la computación del siglo XX y gracias al trabajo inmenso del equipo balear de los profesores Albert Lobo Melgar y Joan González Guardiola. La Delegación Olímpica Andaluza ha sido coordinada por la jovencísima jerezana Marta González Ortegón, investigadora de posgrado de la Universidad de Sevilla y vocal de Pensamiento Joven de la AAFi. Se da el caso de que fue la ganadora de Disertación en la IV Olimpiada Filosófica de Andalucía en el curso 2016-2017 y formó parte, por ello, de nuestra Delegación en la Final de Murcia de mayo de 2017.

Ganas de repetir

Claudia Díaz Viñuela, alumna del IES Virgen de Valme de Dos Hermanas-Sevilla, pone el énfasis en la calidad del recuerdo de una experiencia que le ha permitido “conocer a tanta gente que comparte tus mismos gustos y tan majos hace que te entren ganas de repetir el año que viene”. Por su parte, el también alumno del centro sevillano Álvaro Brito Cortés, participante en la modalidad de Vídeo filosófico califica la experiencia como “contundente, sorpresiva y enriquecedora en todos los sentidos”. Se alegra de las amistades forjadas, y de la experiencia en general, muy completa, divertida y familiar, a la par que filosóficamente enriquecedora”. Gladys Olivares Olivera, alumna del IES Antonio Álvarez López de Gelves-Sevilla y residente durante muchos años en Vietnam, recomienda encarecidamente a todos los adolescentes de su edad participar en esta actividad, “porque aprendes más de lo que te esperas, convives con gente de todas partes de España y sobre todo te llevas una experiencia inolvidable”. Unai Javier Morales García, alumno del IES Virgen de Valme de Dos Hermanas-Sevilla, como Claudia y Álvaro, nos anima a celebrar y a compartir la vida desde su cara más amable.

Paco García Gallego, alumno del IES Alyanub de Vera-Almería, fue elegido oficiosamente por aclamación, el participante más ocurrente y simpático del encuentro. Nunca dejaremos de aprender cosas sobre su capacidad de seducción y su “don de gentes”. Daniela Martín Duarte, alumna del IES Antonio Machado de La Línea de la Concepción-Cádiz, ha representado a Andalucía por segunda vez. “¡Qué bonito es sentirse! –dice. Reír, compartir, soñar, aprender, caminar, reflexionar, volar... Experimentar la emoción, vivir la amistad, saborear el gozo y sentir cómo se despliegan las alas del pensamiento. En esta Olimpiada, cada instante se ha convertido en un recuerdo eterno, un suspiro de sabiduría que perdurará en el alma. Gracias, por cada momento, por cada reflexión, por cada risa compartida”. Es difícil describir mejor lo vivido.

De todos ellos recibí gustoso atenciones y cuidados. También sentí ese calor tan cercano de la amistad recuperada con Pilar Buendía Santiago, antigua compañera de adolescencia en el “Laboratorio Experimental de Teatro Grumo de Peyote” de Madrid, residente en Palma, y con mi compañera de fatigas en el IES Ramon Llull, Montse Farràs i Castellarnau, a principios de los 90, y su entrañable familia. Carmen Marcos del Rincón, además de brindarme su amor, alivió no pocas tensiones físicas y psíquicas de los participantes y acompañantes, como en anteriores ediciones.

'Cuidado' del cuidado

Cuidarse a uno mismo, cuidar a los demás y cuidar del medio. De eso se trata ¿Realmente tenemos “cuidado” del cuidado, se preguntan los organizadores del encuentro? Y nos animan a hacer filosofía, rebasando los límites de los enfoques pragmáticos, más allá de actuar a cambio de un beneficio. Para el filósofo cartameño Sebastián Gámez Millán, “es posible que los cuidados, que son nuestras responsabilidades y antes se llamaron virtudes, se pudieran sintetizar con una metáfora ontológica formulada por George Steiner: invitados a la vida. Es la persona que agradece el espacio que se le ofrece para vivir. Acepta las leyes y costumbres de sus anfitriones, pero conversa para tratar de ampliarlas. Aprende los símbolos y la lengua de los que los acogen, pero los practica a fin de mejorarlos (…) Sabe valorar justamente la herencia recibida, pues se esfuerza por elevarla a la altura de la historia, y dejarla más cuidada, limpia y bella de como la recibió. En esto consiste acaso nuestra gratitud y nuestra dignidad como invitados a la vida, en abandonar la casa habiendo aumentado su valor durante nuestra residencia en ella”.

No obstante, el filósofo valenciano afincado en Granada, José Antonio de la Rubia) sospecha en Evil Screens (2015) del moralismo apocalíptico contemporáneo, de todos aquellos que, amparándose en reflexiones sobre el cuidado, proclaman que padecemos en la actualidad una perniciosa crisis de valores, poniéndonos mal cuerpo con aburridas letanías sobre la crisis axiológica y la disipación de las costumbres. Proclama que la crisis de valores y el desdén hacia las actitudes cuidadosas, es la causa universal de todos los males de la sociedad. Solo quedan a salvo los terremotos y la pertinaz sequía de esa malvada bruja que se asoma a las pantallas, cercenando valores con su guadaña, en un proceso constante de degradación y destrucción.

Según el moralismo apocalíptico, nuestras sociedades desarrolladas sufren por la acción malévola de la degeneración moral de los enemigos del todo social. Todos somos culpables, en mayor o menor medida. El pensamiento posmoderno triunfante nos ofrece aquí una solución estrechamente ligada a la “cura sui”: la reparación del mal gracias a la tecnificación de la subjetividad de la que habla Foucault, es decir, a través de la ética o bien por medio de la espiritualidad, como si de un problema técnico se tratase. Y si no nos convence demasiado la vuelta a escena de Dios no nos queda más salida que “educar en valores” a través de las dóciles redes que teje el sistema educativo. Por consiguiente, los culpables deberemos sufrir un “reeducación” y gracias a ella alcanzaremos la salvación y combatiremos la maldad. Obviamente, a los educadores se nos señala constantemente con el dedo como los superhéroes que lograrán tan loable fin. En cualquier caso, la solución de nuestros males sigue estando para nuestros políticos y gran parte de la opinión pública, en manos del educador. Mientras se sigan produciendo crímenes, violaciones, repeticiones de curso por parte de estudiantes de secundaria o no quepamos dentro del bañador del verano pasado, somos culpables y debemos expiar nuestra culpa.

Financiación

Seguramente esta es la razón de que la Olimpiada Filosófica de España (OFE) no haya recibido todavía el reconocimiento y apoyo institucional necesarios por parte del Ministerio de Educación del Gobierno de España para poder contar con una financiación que permita extender y mejorar sus virtudes, ya contrastadas. Es una cuestión de salud pública, como apostillaría Robespierre. Como lo es también que las administraciones autonómicas y los Equipos Directivos de algunos centros educativos españoles no usen la guillotina para prohibir al profesorado responsable la asistencia al encuentro olímpico esgrimiendo trasnochados argumentos burocráticos.

La clave está en derribar, consecuentemente, los muros de la ética establecida de la falsa humildad con una filosofía feroz que nos lleve de la potencia al acto, “del sufrimiento al placer”, “de la culpa al orgullo”, de la esclavitud propia de los animales de rebaño a erigirnos en señores de nuestro destino, auténticos dioses y padres de dioses, como afirma el filósofo sevillano Manuel Calvo Jiménez (2016) . Solo así, podremos librarnos de la estupidez y disfrutar de nuestra merecida excelencia. Excelencia de la que goza mi amiga Naiara Gago Povedano, coordinadora de la Delegación de Euskadi, quien me invitó a ver el eclipse solar parcial con unas gafas minúsculas, raptándome del salón de actos del Col.legi Sant Francesc. Por breves instantes, la luna parecía engullir al sol. Me gusta pensar que su voracidad era fruto del poder de la amistad y de la argumentación racional. n

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