Cerrando la novela de su vida

¿Por qué escribe el escritor?. Porque es lo que sabe hacer (igual que el castor hace diques) sería una respuesta. Para colonizar una parroquia de lectores, sería otra. Para sentirse Dios, creando vidas, es más socorrida. Pero en el fondo quizás lo haga, simplemente, para cazar moscas, capturando la vida antes de que se escurra, dándole un sentido y agarrándose a ella. Pero ¿qué vida?, ¿la suya, la de los demás, la imaginada?. Eso ya va en géneros, la vida es la vida, un fluir, un fluido, EL FLUIDO, que solo se deja ver reflejado en sucesos, seres, cosas. Como una riada, la vida deja marcas en las paredes del cauce. Vargas Llosa, cuando su tiempo se acortaba, quiso desandarse recorriendo lugares de sus novelas. Estremece verlo en Lima a la puerta del bar La Catedral (espacio de una de ellas), en aquel tiempo y en su glorioso regreso hace poco al lugar del crimen, cerrando el círculo.

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