Opinión | La calle del ritmo

David Palomar: desamparao pero respirando a compás

Para entender bien el mensaje de David, hay que entender lo que es Cádiz, lo que aportan sus pinceladas de brillo al conjunto del arte flamenco

El cantaor gaditano David Palomar, en una imagen promocional reciente

El cantaor gaditano David Palomar, en una imagen promocional reciente / L.O.

El próximo 24 de abril el Teatro Cervantes se impregnará de los aires de la bahía de Cádiz con uno de sus hijos más pródigos en este primer cuarto de siglo, por aquello de que se pasa la vida viajando para compartir su poso musical con otros públicos, pero siempre regresa por querencia a la tacita que le vio nacer. David Palomar, artista universal y caletero, presenta en Málaga su nuevo espectáculo, Desamparao, una obra total que, al auspicio del cante flamenco, aspira a transmitir realidad, una bella realidad que subyace bajo ese equivocado puzzle social en el que nos perdemos diariamente. De manera dramatizada, aprovechando la intimidad que nos brinda un teatro, y bajo unos efectos sonoros e iluminación muy bien trabajados, el paseo por los palos del flamenco de una manera amena está asegurado. Y la transmisión de un mensaje comprometido por parte del autor, también. El espectáculo está servido y no dejará a nadie indiferente, eso seguro.

Gaditano de pura cepa, de formación temprana, lleva en esto desde que tiene uso de razón. Precoz, a sus cuarenta y pico ya ha cantao patrás para artistas de la talla de Cristina Hoyos, José Mercé, Gerardo Nuñez, Rancapino o Vicente Amigo. Editando discos desde 1998, su aroma destila esencia y herencia de sus grandes predecesores paisanos como Chano Lobato y Pericón, con letras muy pero que muy de Cai. En la era de las redes sociales, habrá que poner un poco de orden con el ingenio y la alegría que emanan de alguien que haya mamado de esos tanguillos, de esos duros antiguos y esos tranvías, digo yo. Y es que, para entender bien el mensaje de David, hay que entender lo que es Cádiz, lo que aportan sus pinceladas de brillo al conjunto del arte flamenco: puerto de mar, cruce de caminos, cantes ida y vuelta, ingenio para sobrevivir, calles llenas de ilusión. Y libertad, mucha libertad.

David Palomar

David Palomar / L.O.

David Palomar es un caballo de Troya del cante flamenco actual, ya que, teniendo un bagaje de conocimiento amplio de sus cantes mas puros, se ha ido adentrado también en parte de su obra desde sus primeros trabajos musicales a finales del siglo XX y hasta nuestros días en otros ritmos más urbanos y populares, acordes con el signo de los tiempos, dejando el sello del nuevo perfil versátil y vacío de complejos del cantaor del siglo XXI. Eso sí, sin separarse abruptamente ni olvidar su raíz flamenca. El repertorio de Palomar incluye cantes clásicos, como bulerías, alegrías y soleares que se alternan con nuevos lanzamientos más vanguardistas, donde su cante rebosa sinceridad y alegría de vivir. Fusiona estilos con criterio, desde meter un chotis por alegrías, con fiesta final por bulerías, hasta arreglar con pesadas guitarras eléctricas distorsionadas cantes grandes como la soleá, al más puro estilo Omega.

Este nuevo cuarto de siglo que amanece con nosotros presenta el resultado de la evolución natural de la carrera de David: un río lleno de afluentes que desemboca sin remisión en el mar de Desamparao. Palomar al cante y Óscar Lago al toque de guitarra, esbozarán un sincero status quo del estado de los tiempos modernos a compás de 12 , éste jueves en el Cervantes. Como nos cuenta José Troncoso, dramaturgo en la sombra del espectáculo , «…el argumento se parece tanto a nosotros que su respiración acaba siendo la nuestra…». Buena definición de arte, si señor.

David Palomar

  • David Palomar cante
  • Óscar Lago guitarra
  • Calde Ramírez transiciones sonoras
  • José Troncoso dirección
  • José Troncoso y David Palomar guion y dramaturgia

Teatro Cervantes, 24 de abril, 20.00 horas. Precio de la entrada: 27 euros.

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