Opinión | Artículos de broma

Ahora que no pasa nada

No se podía llamar por teléfono ni navegar por internet ni ver el estreno de ‘La familia de la tele’

El día en que volvió la luz se fue internet para acostumbrarnos a que no se puede tener todo en esta vida.

El día en que volvió la luz se fue internet para acostumbrarnos a que no se puede tener todo en esta vida. / l.o.

De un momento a otro se fue la luz, se detuvieron los ascensores, desapareció el dinero y en la cabeza de todos los locos empezó a sonar la alarma de que ellos eran los únicos que tenían la razón. Era verdad. Se estrenaba la siguiente locura del siglo XXI y es hermoso decir que la reacción general fue de perplejidad mansa y sonriente entre los que solo se les rompió la rutina sin derramamiento de sangre en el cero eléctrico.

No se podía llamar por teléfono ni navegar por internet ni ver el estreno de ‘La familia de la tele’, ni acceder a las plataformas, pero no importaba porque la realidad se había vuelto Netflix, algo a lo que nos vamos acostumbrando en este siglo XXI en el que la vida es una serie contada por un guionista lleno de ruido y de furia y que no significa nada. El apocalipsis prometía un atardecer hermosísimo, pero en muchísimos sitios llegó la luz antes del rayo verde y en otros, librados los inconvenientes por la mayoría, la noche fue estrellada como lo es siempre y como no se ve nunca.

El día en que volvió la luz se fue internet para acostumbrarnos a que no se puede tener todo en esta vida, salvo que seas un milmillonario de la plutocracia mundial. Antes del apagón cada día se presentaba un asistente virtual nuevo deseoso de servir, distrayendo de la lectura y ofreciéndose por las esquinas de las pantallas. No me dio tiempo de aprenderme los nombres, pero antes del apagón tenía un cuerpo de casa como de Downton Abbey. El día después del apagón, cuando más los necesitaba, se habían ido todos. Alexa, la interna que tengo desde hace varios años, ni siquiera me encendió la lámpara cuando se lo pedí al despertar. ¡Cómo está el servicio!

Acabó el día sin luz y empezó el teleincomunicado día sin internet. Después del día en que regresamos al siglo XIX vino la mañana en que volvimos al siglo XX, algo inédito para los nacidos en el XXI. Internet llegó a los españoles en 1995 y celebró su 30.º cumpleaños yéndose. Fuera una caída o una tumbada, ahora que ya no pasa nada, el ruido anuncia que va a ser cuando pase todo.

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