Opinión | Lectores

Cartas al director

Acostumbrados a una vida cómoda, conectados y de repente: un apagón, por Jesús Miguel Relinque Mota

Queda absolutamente constatado que la sociedad española y en general las sociedades de «los países avanzados» nos hemos acostumbrado a vivir en un sueño quimérico de perfección, en un mundo ultra-ciber-conectado totalmente dependiente de la energía eléctrica y de las redes informáticas, que son vulnerables a averías, ataques cibernéticos o sabotajes parciales o totales.

El lunes 28 de abril de 2025 ha quedado más que demostrado que nuestra sociedad no está preparada en absoluto para una emergencia nacional en la que desaparezcan súbitamente los suministros de luz , agua e internet.

La situación resultó muy caótica: miles de personas intentando hablar por teléfonos móviles sin red, otros intentado comprar una radio analógica a pilas , algunos tratando de escuchar la radio o el walkman de la adolescencia del vecino porque lo había guardado de recuerdo y cientos de miles de personas colapsando carreteras , trenes, autobuses y supermercados.

La pregunta es: si esto hubiera durado más días, ¿qué hubiera pasado?

Con unas horas ya han habido robos , gente durmiendo en la calle o estaciones, colapso de carreteras, medios de transporte y supermercados e incluso tiendas chinas multiprecio para comprar pilas, radios a batería , linternas y cualquier instrumento que les diera seguridad.

De repente, en cuestión de minutos, volvimos casi al siglo XIX , no había luz , agua , internet , transportes y tampoco podíamos llamar por ningún teléfono.

Debemos pensar que esta vulnerabilidad es fruto de una excesiva comodidad , que nos ha llevado a ser dependientes totales de la red , de los móviles y de la electricidad.

Quizá deberíamos prepararnos y trabajar nuestra resiliencia y saber afrontar momentos muy difíciles.

Quizá deberíamos tener linternas, camping gas, radios analógicas a pilas, latas de atún y caballa , pan de molde, alimentos que no dependan del frío y agua para resistir al menos 15 días por si las moscas.

Y prepararnos psicológicamente para una vida más dificultosa y no permanecer tanto tiempo en nuestra zona de confort.

Sin duda es difícil para todos, pero yo mismo el lunes 28 de abril de 2025 sentí que debía estar preparado y sentí lo que el resto de las personas desprendían y era un miedo, una incertidumbre y una angustia que se reflejaba en sus caras al ver que no funcionaban las gasolineras, que no quedaba agua en los supermercados y que nadie podía tener noticias de lo que ocurría , solamente algunos afortunados que tenían una antigua radio en su casa o aquellos que llegaron primero a las tiendas a comprarlas antes de que se agotaran.

La conclusión es que tener la seguridad, sentirse a salvo y con lo básico cubierto es una necesidad del ser humano, por tanto no está tan mal prepararse sin ansiedad pero con responsabilidad, por si acaso ,porque éste ha sido quizá un aviso.

No sabemos si habrá más apagones o sabe Dios qué.

Llevamos ya una gran pandemia mundial, tormentas enormes en muchos sitios del mundo, guerras muy cercanas y duras, una Dana en Valencia y Málaga y ahora el gran apagón.

Parece el título de una película, pero amigos y amigas , ¡No lo es! Es una realidad y todos la hemos vivido.

El ser humano en su sano juicio tiende a la supervivencia, seamos sensatos y preparémonos ,aunque sea medianamente , tanto de un modo material como de un modo psicológico para lo que pueda pasar.

Aprendamos de lo que estamos pasando y no repitamos lo que se ha repetido tantas veces en la Historia del mundo, que ha sido sin duda una reproducción de los mismos errores durante miles de años:

Guerras, destrucción , odio y rencor contra otros seres iguales a nosotros.

Ojalá nos sirva de lección y de aprendizaje para madurar como personas.

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