Opinión | Tribuna

El periodista local

La cercanía le permite conocer los entresijos, los conflictos soterrados, las características sociales y culturales de su comunidad

En el terreno de la desinformación, el periodista local tiene asimismo un papel prevalente.

En el terreno de la desinformación, el periodista local tiene asimismo un papel prevalente. / álex Zea

Alcanzamos un nuevo 3 de mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa, y hemos de recordar una vez más la necesidad imperiosa de un periodismo libre, riguroso y al servicio de la ciudadanía, que ayude a afrontar el problema de la desinformación y este caos en el que nos ha instalado la sobrecarga de información que consumimos. Un fenómeno que llamamos infoxicación, que nos abruma hasta la ansiedad, según hemos podido comprobar estos días.

En este escenario, propiciado por las redes sociales y una narrativa global casi siempre anónima y desinformada, observamos la resistencia numantina del periodista local, forjado como eslabón clave en la defensa de los principios y derechos democráticos de nuestra vecindad: Es el que sabe tomar el pulso a la calle y ayuda a la cohesión social; el que trabaja en los barrios, en las asociaciones vecinales, en las instituciones locales; con quien conectamos día tras día para saber lo que pasa y a quien necesitamos como contrapeso a un entorno informativo cada vez más automatizado.

La cercanía le permite conocer los entresijos, los conflictos soterrados, las características sociales y culturales de su comunidad, las necesidades y demandas colectivas, las costumbres y el contexto de lo que sucede. Le posibilita también el contacto directo con las fuentes y una narrativa veraz, impregnada de los recursos y matices que propicia el conocimiento profundo de los asuntos que trata.

Periodismo cerecano, comprometido

Es el periodismo cercano, comprometido, no siempre fácil de ejercer. Junto a la precariedad laboral y salarial, incansablemente denunciada, se intercalan otros obstáculos que se agravan con la cercanía, como la presión política, institucional o incluso empresarial, que puede ser sofocante cuando todo el mundo se conoce.

Sin embargo, este panorama incierto no impide la fortaleza del periodismo en Málaga ni que el emprendimiento periodístico empiece a cobrar fuerza, dentro y fuera de los medios tradicionales: newsletters, pódcast, canales en redes o plataformas colaborativas que abordan la información local con nuevos lenguajes.

Son iniciativas que apuestan por lo local y que afloran también en nuestra provincia, mostrando un alto grado de dinamismo e innovación, especialmente significativas entre las generaciones formadas en la Facultad de Ciencias de la Comunicación, de donde surgen proyectos integrados por nuevos graduados en busca de respuestas a las dificultades para encontrar un primer empleo, o para explorar fórmulas que les permitan el libre ejercicio del periodismo y recorrer caminos inexplorados que conecten con nuevas audiencias.

En el terreno de la desinformación, el periodista local tiene asimismo un papel prevalente y lo hemos podido comprobar en las últimas crisis: la pandemia, las danas y el apagón del pasado día 28. Lo que circula por las plataformas no suele tener el objetivo de informar, sino que prima en ellas retener la atención y generar negocio atrapándonos en el scroll infinito. Se recurre a todo tipo de artimañas y se propicia, entre otros efectos perniciosos, que los bulos circulen sin freno. Muchas veces adaptados a claves locales para engañar con más verosimilitud y es ahí donde el periodista de proximidad puede marcar la diferencia: Gracias al conocimiento que tiene del entorno podrá verificar, contrastar y ofrecer contexto con mayor eficacia que el periodismo de gran escala.

La importancia del periodista local

En este Día de la Libertad de Prensa creía justo reivindicar la importancia del periodista local como parte esencial de un ecosistema informativo sano. Y aprovechar también para recordar que la Asociación de la Prensa de Málaga se fundó hace ahora 120 años con el objetivo de defender el rol social del periodista. Era un momento de esplendor del periodismo local, que fue aprovechado por un grupo de profesionales consciente de la importancia de velar por “una conducta ejemplar” acorde con los principios profesionales del colectivo, y para auxiliar a los compañeros en sus necesidades más básicas, atendidas pocos años después desde el Montepío de la Prensa.

La transformación del periodismo y de las necesidades del colectivo profesional ha sido abrumadora en estos 120 años, pero hay cosas que no cambian: Los principios que rigen el ejercicio periodístico se mantienen, así como la necesidad de recordar a la sociedad la importancia del periodista local. Deberíamos ser los más interesados en la defensa de nuestra labor, pero también es fundamental la implicación de la ciudadanía en la demanda de un periodismo veraz, libre y riguroso, que exija transparencia a las administraciones y consuma noticias de manera crítica. Sólo así, desde la unidad de objetivos, avanzaremos.

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