Opinión | Punto final

Ancelotti se ríe de Janeiro

En las últimas horas desde Brasil tratan de presionar al técnico italiano con declaraciones que en realidad no operan ningún efecto sobre él

Ancelotti sonríe en rueda de prensa

Ancelotti sonríe en rueda de prensa / EFE

No es sencillo imaginar a Carlo Ancelotti, sumo pontífice del ‘dolce fer niente’, instalado en ese epicentro del estrés que es la Confederación Brasileña de Fútbol. Carletto es un amante de la tranquilidad y los pequeños detalles que convierten lo bueno en excelente. Un horno de leña alcanzando la temperatura perfecta para que la lassagna quede ‘al dente’, o un buen vino abierto dejándole respirar sin prisas para que luego ofrezca todos sus matices en boca. Sin embargo, si no ocurre nada raro se irá a la CBF, que lleva años funcionando como un restaurante de comida basura donde el aceite está quemado, las planchas están sucias y el hielo se deshace antes de enfriar la bebida. Un polvorín de problemas con unos dirigentes acuciados por las prisas y los efectos devastadores de un resultadismo que delata su pésima planificación.

En las últimas horas desde Brasil tratan de presionar al técnico italiano con declaraciones que en realidad no operan ningún efecto sobre él. El último en intentarlo ha sido Rodrigo Caetano, Director de selecciones de Brasil, quien al ser preguntado por la posibilidad de que Ancelotti se haga cargo de la selección brasileña ha advertido con un tono desafiante: «Lo del seleccionador tenemos la intención de tenerlo cerrado, como tarde, la próxima semana. Es un tema nacional de extrema responsabilidad».

Desconoce Caetano que Ancelotti irá a Río de Janeiro en el justo momento en que lo decida él y nadie más. Y antes de que ocurra eso, se habrá sentado a conversar con Florentino Pérez para acordar una salida amistosa despidiéndose con un respetuoso abrazo y un apretón de manos que dejará abierta la puerta del club al mejor técnico de la historia del Real Madrid.

Y también desconoce Caetano que Carletto asumirá el puesto de seleccionador de Brasil, siempre y cuando se respeten sus tiempos y condiciones, y no dejándose llevar por la histeria que gobierna el fútbol brasileño desde hace 23 años, cuando ganaron su último Mundial. Vinícius Júnior nunca ha visto ganar a Brasil una Copa del Mundo. Sin embargo, cuando Ronaldo marcó aquel doblete en la final de Yokohama ante Alemania, Carletto ya dirigía al Milan con el que meses después conquistaría su primera Copa de Europa como entrenador. Hoy acumula cinco. Por entonces, Caetano acababa de colgar las botas como jugador del Veranópolis tras pasar por clubes como el Brasil Pelotas o el Farroupilha.

Ancelotti tiene claro que irá donde él quiera y cuándo él lo decida. El italiano sigue confiando en ganar en Montjuic y pelear por la Liga hasta la última jornada. Considera que, en caso de salir, sería el colofón y su último gran servicio al Real Madrid, algo que además le reivindicaría esta temporada ante un vestuario en el que ha tenido que sortear egos y el hartazgo de jugadores que no han estado comprometidos. Nunca corrió tan poco el Real Madrid, nunca sufrió tantas derrotas (13) ni encajó tantos goles (69). Y aun así, el equipo llegó a abril vivo en las tres competiciones y sigue peleando por la Liga.

Si el Real Madrid gana el clásico en Montjuic, Brasil tendrá que esperar hasta el 25 de mayo, diga lo que diga Caetano. Porque Ancelotti le dejó claro al emisario de la CBF que aceptaría el cargo «siempre y cuando salga del Real Madrid». Y del Bernabéu solo se irá cuando lo convenga Florentino. Así que mientras Brasil presiona, Ancelotti se ríe de Janeiro.

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