No necesitáis aranceles, sino una revolución

«No necesitáis aranceles sino una revolución», les dice un joven chino sin pelos en la lengua en un mensaje en TikTok a los ciudadanos de Estados Unidos, tanto republicanos como demócratas.

Su argumentación es impecable: «Durante décadas, vuestro Gobierno y vuestros oligarcas llevaron vuestros empleos a China y no en pos de la diplomacia o de la paz».

Y en ese proceso, explica, «debilitaron a vuestra clase media y aplastaron a la clase trabajadora y os dijeron que debíais sentiros orgullosos mientras vendían vuestro futuro para su propio beneficio».

«Y es cierto que China hizo dinero con ello, pero lo empleó para construir carreteras y mejorar el nivel de vida de los ciudadanos».

«También mi familia resultó beneficiada, explica el joven chino en perfecto inglés. Y añade: ‘¿Qué hicieron mientras tanto vuestros oligarcas?».

«Compraron yates, aviones privados y lujosas mansiones con campos de golf además de invertir miles de millones en un sinfín de guerras».

«Mientras los salarios se estancaban, la seguridad social se resentía y aumentaban la drogadicción y el endeudamiento» de los norteamericanos.

«Durante cuarenta años, Estados Unidos y China se beneficiaron del comercio y las manufacturas, pero nosotros utilizamos ese dinero para construir. No es culpa de China sino vuestra puesto que lo habéis tolerado».

«Habéis permitido que los oligarcas os atiborraran de mentiras mientras engordabais y os volvíais adictos a las drogas», concluye el joven chino antes de aconsejarles los norteamericanos que se olviden de los aranceles pues lo que de verdad necesitan es una revolución.

Escuché ese vídeo en el programa político de entrevistas que tiene en internet el juez estadounidense Andrew Napolitano, quien se lo hico escuchar también al conocido politólogo John Mearsheimer para que lo comentara.

El profesor de la Universidad de Chicago se dijo básicamente de acuerdo con el análisis del joven chino y lo calificó de «mensaje para (el presidente Donald) Trump» ya que si sus compatriotas le eligieron dos veces a la Casa Blanca es porque creyeron que era ese estado de cosas lo que trataba de combatir. Pero se equivocaron.

Mearsheimer, crítico tanto con el poder del lobby judío en Norteamérica, al que ha dedicado últimamente un libro, como con la continuación de la guerra de Ucrania, no cree, sin embargo, que el auge económico y militar de China vaya a estar exento de problemas para la superpotencia en declive que es su país.

Y admite su sorpresa ante el hecho de que muchos políticos norteamericanos que están muy a su derecha prefieran ignorar las posibles consecuencias para Estados Unidos de una China no sólo económica sino también militarmente cada vez más poderosa.

Según ese profesor de la escuela realista de relaciones internacionales, el problema es que «las elites» norteamericanas han estado siempre más interesadas en su propio bienestar que en el del conjunto de los ciudadanos.

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