Un antídoto contra el no-pensar

Si tengo cierta afición a Byung-Chul-Han, Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, no es solo porque haya recuperado la incisiva brevedad del verdadero ensayo, sino conceptos como «capitalismo» o «explotación», marginados por tanto pensador de servicio justo cuando la realidad que esos términos denotan alcanza el paroxismo. Hay algo antiguo en este hombre, como en el rock o las grandes causas, cuando denuncia la crisis narrativa, ahogada por el exceso de información fragmentaria, perdiendo la ilación de los hechos, su pegamento. Las jóvenes conciencias ahormadas a la vida bajo la pedrea de impactos, verdaderas tormentas de meteoritos, no reciben ya, simplemente. Que el premiado tenga abundantes seguidores entre mentes curiosas y abiertas a la «novedad» de lo que parecía prescrito y proscrito, con solo contarlo sin manías, es en sí mismo un dato esperanzador.

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