Opinión | Viento fresco

Málaga

A la búsqueda del efecto champán

La táctica de Feijóo no va a ser ya esperar a que el Gobierno se pudra. No se pudre. Ha decidido entonces organizar un congreso. Lo malo es que tendrá que hablar de ideas

Feijóo y Bolaños, enemigos casi todo el año.

Feijóo y Bolaños, enemigos casi todo el año. / L. O.

Hay gente que está empeñada en recordarnos que no nos acordamos del apagón. Nos dicen que nos olvidamos muy rápido de todo, cuando en realidad de lo que nos hemos olvidado es del apagón.

Nadie sabe las causas. Tampoco el Gobierno. Ni Red Eléctrica. Los días pasan y la vida sigue y los plomillos funcionan, la tele va y el Internet anda y la vitro cerámica también. Se puede usar el teléfono. Así que si te he visto, apagón, no me acuerdo. Poca luz sobre el asunto. 

Veo en televisión, hasta que haya otro apagón, a un político del PP con las venas muy hinchadas decir que el Gobierno es canalla y que no da explicaciones sobre el apagón porque tal y cual. Grita. Espero que este hombre tenga bien la tensión. Y entiendo que hay que ir haciendo méritos de cara al congreso del PP nacional, en julio. De un congreso siempre sale un titular del tipo: se han impuesto los duros.

 Hombre, claro, lo raro sería que se impusieran los blandos. Los blandos, ¿lo son por no saber imponerse? o más bien no saben imponerse y por eso son blandos. Cualquiera sabe. Bueno, cualquiera no, los duros sí lo saben, que tienen cogida la medida a los blando desde que el hombre es hombre. Feijóo quiere su efecto champán (un impulsín, una euforia aunque sea pasajera del tipo que experimenta un equipo cuando cambia de entrenador). Aunque para eso tenga que hacer algunos cambios. Ante estos cambios los hay que están acongojados y los que están muy acongojados. En cualquier caso, hay dos asuntos fundamentales: qué hacer con el inútil de Mazón y qué relación tener con Vox. Y cómo escenificar ambas cosas. Juanma Moreno lo hizo muy bien en su día apelando implícita y explícitamente al electorado: dadme una gran mayoría si queréis que no dependamos de Vox. Lo logró. Feijóo es más torponcillo para estas cosas. 

A ver cómo reparte el poder en la nueva dirección y si los Gamarros ganan influencia o la pierden. No faltan gurús que aconsejan al gallego que no haga nada, que el Gobierno caerá solo. Bien puede responder Feijóo que llevan diciéndole esa cantinela ya años y que ni el Gobierno cae ni nada de nada. Como diría un aragonés: «Ni se muere padre ni cenamos». Así que ha decidido hablar de ideas. Revolucionario. Una vez uno de los dos grandes partidos presentó en mi ciudad pomposamente un «Laboratorio de ideas». Al poco, el encargado de dirigirlo confesaba: hemos cerrado por falta de materia prima. Alguien saldrá del cónclave diciendo: aquí no sobra nadie. Renovación por adición. Otro preguntará por las causas del apagón. Echando culpas.

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