Opinión | Para empezar

El ‘Aurelia’ y la mala memoria de un país emigrante

Emigrantes en una estación de tren.

Emigrantes en una estación de tren. / l.o.

Una mujer mayor entra en un vagón del metro de Madrid de la Línea 6. Está muy enfadada. Habla sola y se queja de cómo ha cambiado Madrid y su barrio, Carabanchel. Ahora sólo hay latinos, se lamenta. Nadie le hace caso mientras suelta improperios contra las jóvenes sudamericanas quienes, según ella, nunca se levantan para cederle el asiento, aunque vengan de sus casas recién caídas de la cama.

La anciana no dice nada que no sea cierto. El barrio está lleno de negocios regentados por migrantes. A lo mejor el tiempo había borrado de su memoria los años de los yonquis. Prefiero el presente, generalmente suele ser mejor, menos para las mujeres de Irán y Afganistán.

Aprovechando los últimos días de vacaciones, saqué un libro de la biblioteca de Santa Eulària la semana pasada. Quería leer algo de Juan Marsé y la bibliotecaria me dio una obra que no estaba entre las que había preseleccionado: ‘Viaje al sur’. Con ese título no me pude resistir. Marsé escribe una crónica de esa expedición en 1962 a Sevilla, Cádiz y Málaga en la que intercala fotografías y titulares de la prensa franquista de tal manera que su relato se infiltra en la realidad que el poder oficial silenciaba.

Lo primero que leí fue la parte que hablaba de Ronda, Marbella, Fuengirola, Torremolinos y Málaga. Entonces vi un titular de la prensa: «240 trabajadores malagueños rumbo a Australia: la California del S.XX’. Ahí podría haber estado mi abuelo paterno si su mujer no le hubiera dicho que ‘nanai’, que de Antequera no se iba. Y así mi padre, en vez de crecer entre canguros y un futuro mejor creció en la pobreza de la época. Sin embargo, el abuelo paterno de mi hijo sí que emigró a Alemania.

El barco ‘Aurelia’ partió dos veces del puerto de Málaga hasta 1962 rumbo a Australia. La mayoría de los trabajadores eran de Antequera, Álora, El Burgo, Alfarnate y otros pueblos pequeños. Huían de una tierra de caciques. Era una oportunidad para dejar de trabajar por dos duros. El ‘Aurelia’ es sólo un recuerdo de un país emigrante que reniega de su pasado con episodios como la mujer del metro de Madrid.

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