Opinión | Viento fresco
El PP de Málaga ama a Feijóo
Le han conseguido diez mil avales, el diez por ciento de toda España. Lo quieren más que Cuca Gamarra, que los de Lugo y Pontevedra juntos. Disciplina a tope

Feijóo recibe avales en la sede del PP. / l.o.
El PP malagueño es más de Feijóo que Feijóo. El PP malagueño quiere más a Feijóo que su mujer, que sus allegados, que sus paisanos gallegos; más que los gaiteros de la plaza del Obradoiro, más que el PP de Orense, el de Pontevedra e incluso el de Mondoñedo y Lugo juntos. Más que Cuca Gamarra y los percebeiros.
Los populares malagueños han aportado diez mil avales para Feijóo de cara al congreso nacional de la formación. Un diez por ciento del total nacional. Toma ya. Más que nadie. Disciplina y movilización era esto. Málaga, la primera en el peligro del congreso, la primera en feijoismo, en avalismo, en el socorro al líder. Ayuso les va a poner una cruz en ese mapa de España en el que en sus sueños políticos húmedos va tachando peperío afecto y díscolo. Hay provincias en las que se le ha entregado a Feijóo un puñadito de avales y luego está Málaga, que igual ha tenido que contratar diez o doce camiones para llevar los avales hasta Génova, aunque luego a ver dónde los metes, que hay plantas que están un poco malditas y tienen mal fario.
El PP de Málaga hace méritos y está por ver si además de avales le aceptan alguna idea. Luego hay que pasar el platillo, claro, y decirle a Feijóo qué hay de lo nuestro, qué hay de lo mío, a ver si vas a llenar la dirección de madrileños, gallegos, castellanos, sevillanos y nos vas a dejar tiraos, que nos conocemos.
Juanma Moreno se va a plantar en jarras en Madrid, sede del congreso, y va a citar a Feijóo como quien cita a un manso para decirle que ojo cuidao con Andalucía y cuídame a los míos que ya te he prestado a un par de ellos y a veces lo ninguneas.
El PP malagueño sueña con una vicesecretaría nacional total y absoluta, sola y todopoderosa para uno de sus miembros. Y sueña con ministerios, chollos, canongías, secretarías de Estado, canales de televisión, empresas públicas, embajadas y hasta la gerencia de Red Eléctrica y Paradores del Estado.
En el PP malagueño hay tan poca disidencia que ni siquiera hay un disidente oficial, cosa que existe en todas las organizaciones.
Es un partido unánime y en primer tiempo de saludo. Feijóo manda. Un hombre avalado que no despierta euforias. No tiene más avales porque no quiere.
El Partido Popular malagueño lo ama y le habrá mandado con los avales unos espetos y gazpachuelo y biznagas y gambas de la Caleta y limones cascarúos y un bono para un apartamento turístico. Feijóo, abrázanos a todos.
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