Opinión

Diálogos entre tradición y Vanguardia

Málaga. 06-06-2025. Teatro Cervantes. Solistas: Yuval Gotlibovich, viola. Dirección: Evandro Matté. Programa: Suite sinfónica, nº 2 “Pernambucana”, de C. Guerra-Peixe; Concierto para viola y orquesta, de W. Walton y Choros nº 6, de H. Villa-Lobos.

La batuta invitada de Evandro Matté y la viola del maestro Yuval Gotlibovich fueron los protagonistas junto a la Orquesta Filarmónica de Málaga del penúltimo de los abonos de la actual temporada. Programa con dos escuelas en los atriles que caminan entre lo popular y la tradición. La primera representando la tradición del concierto para solista europeo, y por otro lado, la impronta brasileña a través de la libertad compositiva. Ambas perspectivas ejemplifican la riqueza de la música de la centuria pasada donde tradición y vanguardia se relacionan.

Ideas que recogen las tres obras en programa con C. Guerra-Peixe, de profunda conexión con la música popular brasileña en conexión con las aportaciones de H. Villa-Lobos confrontado con el neoclasicismo formal de W. Walton de la escuela inglesa y concluir con una página sinfónica de H. Villa-Lobos.

Escrita en 1955 la Suite sinfónica, nº 2 “Pernambucana” de C. Guerra-Peixe se presenta con la apariencia de una sucesión de danzas pero en la lectura ofrecida por el maestro E. Matté junto a los profesores de la OFM descubren al oyente una arquitectura más compleja donde los abundantes materiales temáticos extraídos del folklore local, decididamente rítmicos, adquieren un lenguaje clásico más rico y complejo. Así, en los tres tiempos en los que se organiza la suite destacó el carácter contrastante de la obra pero también la forma como se resuelven.

En este sentido, en el primer tema los constantes cambios de ritmos y tonalidad evocando los toques de maracatu. En el segundo tiempo, de tono lírico, destacaron los solos de maderas para concluir en el tercero donde la percusión especialmente el timbal adquirieron un papel determinante en la explisión de color que imprime el compositor en la obra reinterpretando las citas folkloricas con instrumentos poco convencionales a los que asigna frases solistas. Versión compacta, dinámicamente medida y especialmente tornasolada donde los atriles solistas adquieren un papel determinante.

Escrita treinta años antes de la Suite de C. Guerra-Peixe, el Concierto para viola y orquesta de W. Walton tuvo en su estreno al propio P. Hindemith como solista y al compositor en el podio. Para la ocasión la OFM ha contado con la viola solista del maestro Yval Gotlibovich que supo destacar el tono introspectivo y en ocasiones dramático de la partitura donde la elegancia de la escuela británica se aprecia en sus hechuras pero también la inclusión de ritmos procedentes de otros géneros como el jazz. Estructurado en tres tiempos Y. Gotlibovich presenta el tema principal del primer tiempo sobre un ostinato de las cuerdas graves especialmente empastadas que contrastan con los glissandos de la viola imitando al saxofón -defendido para la ocasión por E. Urrestarazu- del delicado capítulo central, para concluir en el tercero en el que destacó la cadenza no escrita que serviría a Y. Gotlibovich para desplegar una suerte de improvisaciones en diálogo con la percusión.

En la segunda parte E. Matté abordó de la colección Chôros de H. Villa-Lobos el número seis fechado en 1926. Organizado sobre tres secciones donde el primero destacó en la batuta de E. Matté sobre ritmos libres que refuerzan el ánimo improvisatorio de la música popular sobre el que se construye la sección y toda la página. La polirritmia se apoderó de la segunda sección con evocaciones a La Consagración de la Primavera de I. Stravinsky. La sección final se despliega como un gran cierre sinfónico con predominio de los bronces y maderas.

Calurosa acogida del auditorio para un programa ciertamente interesante que se situaría en los bordes de la tradición y la innovación musical de la primera mitad del siglo pasado.

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