Opinión | En corto

Contagiosa marea rosa

A las 9.30 de ayer, al atravesar mi ciudad, voy viendo que mujeres solas, acompañadas o en pequeños grupos, a veces tres generaciones juntas, afluyen por una calle u otra, en dirección al punto de salida de la «carrera rosa», que cada año las une, entre otras cosas, contra el cáncer de mama. Exhiben a la vez decisión, compromiso y animación. ¿Un ambiente festivo?. Sí, pero lo que las mueve no es la fiesta en sí, es una causa, un rumor de fondo, la lucha contra algo que perciben como amenaza y algunas habrán sufrido en su carne. Manda la alegría, un conjuro que ayuda siempre a luchar por la vida. Esta es la palabra: vida. Una realidad agridulce en la que acaban prevaleciendo las ganas de seguir corriendo: esa es su gracia. Luego formarán, en la carrera, un bloque compacto, decididas y contentas de estar allí, formando un solo cuerpo, fuerte y animoso, que anima a vivir.

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