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Opinión | El jugador número 13

El evento principal

Unicaja afronta esta temporada con cambios sustanciales en las columnas maestras del plantel que maneja Ibon Navarro, lo que no creo es que cambien los objetivos

Jugadores del Unicaja agradecen el apoyo del público.

Jugadores del Unicaja agradecen el apoyo del público. / Gregorio Marrero

¿A que todos teníamos ganas que empezara esto, verdad? Bueno, yo hablo por mí, pero lo cierto es que estaba deseando que pasaran todos estos «entrantes» y demás cosas que se nos sirve cuando vamos a una celebración. Muchas veces nos van a gustar casi más que el menú principal, pero el grado de disfrute y de preparación que tenemos a lo largo de ese tramo central del evento, termina ganando de paliza.

El inicio del curso liguero 2025/26 para el Unicaja nos trajo al Surne Bilbao Basket, el único equipo español que conquistó otro título en Europa la pasada temporada junto con el Unicaja, una competición denostada por todo aquel que no la juega, la FIBA Europe Cup, pero un título al fin y al cabo. Algo que para clubes que no están en la cabeza de las ligas tiene mucho valor.

El equipo vasco puede que no esté en el mismo tramo clasificatorio que se puede encuadrar al Unicaja, pero tal vez por el camino histórico recorrido en Málaga no hace mucho, aparte del respeto que merece, era un rival, y mucho más en este inicio de temporada, con el que había que tener un mínimo de cuidado.

Y lo del cuidado no lo traigo por eso del «enemigo pequeño», por lo de «sudar la camiseta» o porque «los partidos duran 40 minutos». Es muy simple, el nivel de preparación de ambos equipos ahora no ha de tener nada que ver con el que van a querer conseguir los entrenadores cuando lleguen las fechas importantes. Y aunque el mínimo del que parte el Unicaja es mucho más alto que el del equipo de Jaume Ponsarnau, para los visitantes siempre es más factible intentar sorprender al Unicaja ahora, que al llegar el play off de la FIBA BCL.

Esto es exactamente lo mismo que le ocurre al Unicaja al enfrentarse a los equipos que están en la Euroliga, los cuales pueden sonar casi inalcanzables al llegar el mes de abril, pero ahora pueden parecer abordables. Digo pueden, porque viendo el nivel que exhibe el Valencia Básket, quizá no se alcance a ver dónde pueden llegar.

En lo que nos ocupa, en un Unicaja que afronta esta temporada con cambios sustanciales en las columnas maestras del plantel que maneja Ibon Navarro, lo que no creo es que cambien los objetivos. Porque desde que este equipo volvió a parecerse al que todos queríamos y recordamos, no ese esperpento en el que se convirtió a pulso, para mí, lo mínimo a pedir es que pase al menos una eliminatoria en Copa del Rey y en el play off de Liga ACB, y que en la FIBA BCL llegue a pelear por estar en la Final a Cuatro. Antes se podía pedir llegar casi obligatoriamente, pero este año, con la revalorización de la competición europea al tener más equipos españoles, el Alba Berlín y el progreso de otros contendientes, una mínima bajada de rendimiento puede poner la idea en compromiso.

Mientras tanto, en el partido del sábado vimos que el equipo no necesitó tener a todas las novedades para llevarse el encuentro. Lo ofrecido por Xavier Castañeda fue lo que genera más dudas, porque los progresos van de manera más lenta. Tanto Emir Sulejmanovic, en la labor que tanto gusta al banquillo y al resto del grupo, y que se puede quedar en los márgenes del partido para el público en general, como un Chris Duarte, el cual sigue teniendo todo el peligro que se conocía en la anotación, además de no ser ese agujero negro en defensa que muchos vaticinaban, repartió media docena de asistencias, el cuarto mejor pasador de la jornada. Sí, anecdótico, pero si para meter puntos hay que tener talento y oportunidad, para dar seis pases decisivos, además hay que evaluar cuándo y a quién hay que darle el balón.

Aparte de todo, y por encima del inicio del curso, lo que estamos viendo de Olek Balcerowski es la mejor noticia, porque del grupo de jugadores que continúan en plantilla, más o menos podemos adivinar qué pueden ir aportando, y se confía en el grupo, pero el joven polaco, no sólo está demostrando eso que dicen sobre el desarrollo más tardío de los jugadores altos, y refrendando que para ser jugador, es necesario tener minutos de partido, aparte de entrenamientos, sino que además, el cambio de nivel de concentración, de agresividad en ambos aros y el plasmar que se siente importante, es una de las mejores noticias que podía haber en este inicio de curso.

Ahora, con el inicio de la competición europea, es una oportunidad para que el grupo se adapte a su nueva realidad y los nuevos vayan entrando en dinámica. Tras el partido de mañana, viaje a Las Palmas, a Grecia y recibir al Barça antes de viajar a La Laguna. Es lo que toca, porque muchas veces, ni siendo el protagonista del evento, uno es el que elige el menú. A veces, al menos, le piden opinión. Disfrutemos, va a ser bonito.

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