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Opinión | Hola, soy Dios

Estrategias diestras

¿No habría posibilidad de que algún partido sensato valorara posiciones intermedias entre unos y otros? ¿No convencería eso a muchísimos electores decepcionados de las posturas extremistas?

El presidente de los EEUU, Donald Trump.

El presidente de los EEUU, Donald Trump. / agencias

- ¿Has escuchado el discurso de Trump en la ONU, JC?

- Sí. Me ha parecido un ejercicio de verborrea de un señor con capacidades neurológicas puestas en cuestión.

- No te discuto lo último. Pero si profundizas en ese discurso, aparentemente disperso, hay algunas intenciones que marcan la pauta a las estrategias de los partidos de derecha alrededor de todo el mundo.

- Confieso que no lo he visto así.

- Te lo voy a explicar, JC. La primera intención persigue cambiar el orden internacional para que favorezca a Estados Unidos. El ataque a la ONU y a Europa persigue esa intención. Trump pretende modificar una situación que no le es favorable, viendo además la pujanza de los países asiáticos y la decadencia de Europa. Además, deja bien claro que Israel no se toca.

- De eso me había dado cuenta.

- El segundo aspecto es la inmigración. Según Trump, hay que evitar la inmigración desordenada porque arruina países. Y en eso muchas naciones europeas están de acuerdo, como no dejan de manifestar.

- Sí. Esa postura es unánime en todos los países donde gobierna la derecha en el mundo.

- El tercer aspecto es el climático. Para Trump, el cambio climático es una estafa y las estrategias enfocadas a reducirlo un dislate. Pone como ejemplo la estrategia europea, que ha reducido su huella de carbono un 37 % y ha amortizado millones de puestos de trabajo, ya que las industrias se marchan a países contaminantes, como China, que ha aumentado su tasa de emisión de CO2 un 50 %.

- Esa es una simplificación muy propia de Trump. El declive económico europeo se inició mucho antes y está relacionado con muchos más aspectos, no solo con la política climática y de descarbonización. Mezclar argumentos y simplificarlos es muy propio de los populismos, sobre todo del de extrema derecha.

- La cuarta estrategia tiene que ver con la libertad de expresión. En la ONU, Trump abogó porque se respete la libertad de expresión y la libertad religiosa, especialmente en la protección del cristianismo.

- Bueno, esto es un bandazo al lado contrario. Asistimos hace algún tiempo a políticas de cancelación y anulación de personas por opiniones en un sentido y ahora vivimos justo lo contrario. No sé si alguna vez vendrá alguien que coloque el fiel de la balanza en su justo medio. Y parece mentira que Mr. Trump sea el que habla de libertad de expresión, con su ejecutoria reciente de represión de cualquier contestación. Esto es muy propio del populismo, Pa: negación de la evidencia científica, reclusión en sus viejas ideas, mantenimiento de éstas a toda costa. No hace falta más que ver la gestión de Mr. Robert Kennedy, un antivacunas puesto a dirigir el departamento de Salud.

- Estoy pensando en nuestro país favorito, España. El gobierno actual mantiene exactamente las ideas contrarias al trumpismo y Vox se alinea incondicionalmente con él.

- ¿No habría posibilidad de que algún partido sensato valorara posiciones intermedias entre unos y otros? ¿No convencería eso a muchísimos electores decepcionados de las posturas extremistas? ¿No estamos polarizando el mundo entre dos posturas extremas e irreflexivas, en las que la toma de posición está en relación con lo que opine el contrario para oponerse más que con los argumentos propios? ¿No convendría, en definitiva, pararse a pensar las ideas unos segundos antes de vomitarlas a las redes o los medios de comunicación, para evitar que una legión de irreflexivos adore a los líderes en relación directa con la estupidez de sus planteamientos?

- Seguramente, JC. Pero el planeta Tierra está inmerso en un halo de polarización extrema que nada bueno le va a reportar. Me recuerda a otras épocas, antiguas, con la diferencia de que ahora no se ve en el horizonte ninguna figura política de categoría real que pueda liderar una normalización.

- Cierto, Pa. Y, además, como diría Gila, «Alguien va a ganar un premio Nobel de la Paz…»

N. del A.: Hola, soy Dios es un diálogo entre el Padre (Pa), el Dios del Antiguo Testamento: clásico, un punto colérico y vengativo; y JC, el protagonista del Nuevo Testamento: más moderno, tolerante y con un enfoque de la realidad más avanzado. Juntos analizan las situaciones en la Tierra y en especial las de su país favorito: España.

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