Opinión | El jugador número 13
Fijar objetivos
El partido del domingo se presentaba como otra oportunidad segura de hacer daño a los de Joan Peñarroya

Los de Ibon Navarro, cabizbajos tras la derrota ante el Barcelona. / Gregorio Marrero
Este fin de semana ha llegado la primera derrota en la Liga ACB del Unicaja ante el Barça, un enfrentamiento que se ha ganado por méritos propios estar entre los partidos señalados del calendario y que cada vez que se juega tiene connotaciones especiales.
No hace falta irse muy atrás, desde luego que no es obligatorio recordar el uno contra uno entre Michael Ansley y Darryl Middleton que todos sabemos cómo terminó para mortificarnos, ni tampoco andar en la autocomplacencia insertando en el ADN cajista el tapón de Kameron Taylor a Tomas Satoransky y sentir que una deuda histórica se saldaba... Y es que hacer del equipo catalán el rival por elección propia, no sólo va a resultar raro, sino que significa colocarse artificialmente de forma voluntaria en una categoría que exige mucho.
El partido del domingo se presentaba como otra oportunidad segura de hacer daño a los de Joan Peñarroya, más aún con las ausencias y el desgaste de la doble jornada de Euroliga, con dos viajes incluidos, pero se jugaba la tercera jornada de la Liga ACB y esto sigue siendo una parte muy temprana de la temporada.
Lo que tiene de bueno todo esto es que te da tiempo a ir rectificando y a ir consiguiendo lo que no se tiene aún, pero hay que contar con la impaciencia y la presión que conlleva estar expuesto.
Este partido frente al Barça no tenía nada escrito alrededor, pero de manera velada se esperaba ver el desarrollo del Unicaja con sus novedades, ver de qué manera iban avanzando los jugadores nuevos, y cómo el juego del equipo progresaba. Y la verdad es que el partido trajo como bueno, sobre todo, que los de Ibon Navarro no dejaron que se escapara el rival en ningún momento, que supieron sobrevivir a porcentajes de tiros paupérrimos y también a la diferencia en la cantidad de castigo soportado, sobre todo en el tema del tiro libre, que ya se sabe de memoria lo que lanzó cada equipo. Eso y que dejo un dato muy llamativo: los visitantes solo anotaron una canasta en juego en los ocho primeros minutos del último cuarto, con un 16-12 de parcial y una victoria momentánea de 73-74.
No obstante, fijarse en estos datos desvirtúan el objetivo, porque para estar dentro de la competición este Unicaja necesita más, necesita que los del año anterior sean algo más de lo que eran la temporada pasada, porque para empezar, la plantilla no es idéntica y los que han llegado no son un simple cambio de piezas.
Está claro que con las fechas que se manejan hay tiempo de sobra, pero parte del proceso está esperando mejoras. Que piezas como Perry, Webb, Duarte y Castañeda no lleguen siquiera al 20% de acierto en el triple, que los refuerzos empiecen a aparecer y, sobre todo, los dos nuevos en la competición española, porque tanto James Webb como Emir Sulejmanovic son dos jugadores que el mínimo que van a dar al grupo está bastante alto, y más allá de lo que puedan brillar puntualmente, su labor de aportación al grupo, (las labores de intendencia que decía el recordado Andrés Montes) están aseguradas. Lo que queremos es que más allá de eso, se salgan del guion y de una actuación simplemente correcta.
Me refiero, naturalmente tanto a Chris Duarte como a Xavier Castañeda, ambos con demasiados comentarios alrededor suyo, entre la expectación generada -algo a lo que en Málaga no estamos demasiado acostumbrados-, y lo demostrado sobre la cancha. La impresión que dan desde lejos es que hay más impaciencia por verlos rendir a la voz de ya, que lo que el entorno, la competición y los contrarios aconsejan y van a permitir.
En la opinión particular de cada uno, la mía me dice que la pretemporada no ha sido todo lo buena que debería, que entre salidas esperadas, no esperadas, idas y vueltas a las selecciones nacionales, recuperaciones de lesiones largas y focalizar la atención en lamentar algo que está en la baraja de equipos como el Unicaja, y que no es más que otro más poderoso te engorde el presupuesto a base de descapitalizar el plantel, me da la impresión que no ha habido la misma certeza que en años anteriores.
Que haya que esperar a Duarte y Castañeda es lo lógico, pero sigue siendo una fecha temprana de la temporada y si quiero ver al entorno del equipo en modo sensato y serio. No veo adecuado el murmullo teniendo en cuenta que lo que viene este fin de semana en la figura de La Laguna Tenerife, es como una inspección de Hacienda de manos de un rival político, mucho más sabiéndose de entrada que el liderato de los canarios junto a Valencia Básket y Joventut es el que menos sorpresa puede arrojar, junto al de los levantinos.
Que las piezas encajen está tanto en lo que hagan para adaptarse al grupo, como a la gestión que se haga desde el cuerpo técnico y resto del plantel, potenciando sus bondades y minimizando la parte negativa, sobre todo, porque las características eran conocidas y no creo que pille a nadie de sorpresa. Ahora hay una semana sin viajes y sin competición europea, y con mucho que trabajar para solventar una visita ante un rival que no entiende de tiempos, cualquier época le resulta adecuada.
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