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Opinión | En corto

El sueño secreto del poder

El robo de las «joyas de la Corona», leo en un titular; vale, pero ¿de qué corona hablamos? ¿O es siempre la misma? Eran joyas de María Luisa de Austria, regalo de su esposo Napoleón -el republicano golpista que se erige emperador-, de la cuñada de éste Hortensia de Holanda, madre de Napoleón III, de María Amelia, esposa del «ciudadano rey» Luis Felipe I, y de Eugenia, esposa de Napoleón III. En la fascinante Francia del XIX se alternan o entreveran república y monarquía bajo la sombra de la guillotina de 1993, un tajo vertical que quiso erradicar la segunda para siempre. Las coronas, como los «corros de brujas» de los hongos, regresan una y otra vez ¿Asistimos al nacimiento de la primera en USA, como alertan allí los manifestantes? En la última entrega de Jordi Doce (‘La insistencia’, Pre-textos, 2025) aparece, entre muchas, esta joya: «El ideal del círculo vicioso, la corona».

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